DEFINICIONES

El PRI hace agua

De gobernar medio país hace 10 años, hoy sólo lo hace en cuatro entidades. Y antes de que termine el año, podría tener sólo dos: Edomex y Coahuila

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El PRI está muerto y no le han avisado. Podrá existir como marca, pero de aquel partido fuerte, que gobernó el país a sus anchas, ya no queda más que el recuerdo. En la oficina del presidente del tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, podrían ir escribiendo el obituario.

La agonía fue larga, pero el otrora partidazo fue herido de muerte en junio pasado. No solo porque ese día se presentó a las urnas acompañado de sus adversarios históricos, PAN y PRD, sino porque la tarde del domingo 6 de junio perdió ocho de ocho gubernaturas que ese día se disputaron y estaban en su poder.

Para sobrevivir tras el descalabro, se adhirió a panistas y perredistas en el Congreso. Pero, durante todo el pasado periodo ordinario de sesiones no logró avanzar una sola iniciativa significativa que le dijera algo al ciudadano que encuentra en el PRI al partido con peor reputación (Encuesta Reforma: % nunca votaría por el tricolor). La iniciativa de reforma eléctrica del presidente López Obrador, los tomó mal parados y fueron incapaces de posicionarse. Ni a favor, ni en contra. Están atrapados en su propio callejón. Tan disminuidos lucen, que, aunque el secretario de Gobernación Adán Augusto López —innegable operador político presidencial—, entabló diálogo y hasta instaló una mesa con el PAN, no se ha sentado con los priistas.

Pero el drama es mayor. Tres exgobernadores del PRI caminan rumbo a una representación diplomática, pese al amago del dirigente del partido de expulsarlos si aceptan. Ni a Quirino Ordaz, que será embajador en España, ni a Claudia Pavlovich que irá al consulado en Barcelona, ni a Carlos Miguel Aysa –que fue el relevo de Moreno Cárdenas en Campeche–que será embajador en República Dominicana, parece preocuparles demasiado.

Peor aun, tres de los cuatro gobernadores tricolores que todavía quedan (Oaxaca, Hidalgo, Edomex y Coahuila), se han plegado a la 4T (todos menos Coahuila) y un par de ellos son mandatarios de entidades que renovarán gubernatura este año. Alejandro Murat, en Oaxaca, está lejos de la dirigencia de su partido y el PRI no tiene oportunidad de retener el estado. Algo similar sucede con Omar Fayad, en Hidalgo. Pese a que en ese estado no ha habido alternancia, el gobernador fue marginado por su partido en la elección del candidato. El PRI, que va en alianza con el PAN, terminó cediendo la designación al blanquiazul, que a su vez eligió a quien Fayad no quería: la secretaria general del tricolor, Carolina Viggiano. Fayad ya está muy cerca de la 4T. Tan cerca, que revivió la CONAGO –que encabeza-, junto con el nuevo titular de Bucareli.

El PRI, que hace diez años era gobierno en más de la mitad de las entidades, hoy solo lo es en cuatro. Y, en las seis que renuevan gubernatura este año, su probabilidad de triunfo es muy baja. Podría terminar 2022 solo con dos: Edomex y Coahuila.

El tricolor se ha desdibujado. Los no priistas no votarán por el PRI, eso lo sabíamos. Pero ahora tampoco los priistas lo hacen, pues sus compañeros de viaje resultan inexplicables para su militancia.

Aliarse sin programa ni ideología lo mismo con el agua que con el aceite, no solo fue signo de desesperación, sino que terminó por borrar su identidad. Porque, hasta para la supervivencia hay que tener pudor. Y ese también lo perdió el PRI en el camino.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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