EL DON DE LA FE

Nuestra Señora de Filermo

La Santa Patrona de la Orden de Malta es un escrito en un tablón de madera, que llegó a la Isla de Rodas

OPINIÓN

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Roberto O'Farrill Corona / El don de la fe / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La Virgen de Filermo, Santa Patrona de la Orden de Malta, es un antiquísimo ícono escrito en un tablón de madera de 44 x 36 centímetros que presenta el rostro y los hombros de la Virgen María ataviada con una túnica verde y un omophorion rojo.

Atribuido a la mano de San Lucas, el icono llegó a la isla de Rodas flotando sobre las aguas del mar en el siglo VIII. En 1271, tras la caída de su fortaleza en Siria, los Caballeros se vieron obligados a abandonar el último bastión en oriente y en 1309 tomaron posesión de Rodas donde encontraron el icono de la Virgen, lo entronizaron en su capilla monacal y la tomaron como su santa Patrona bajo la advocación de la Virgen Theotokos Philermon.

Por la invasión musulmana de 1522, los Caballeros tuvieron que salir de la isla y allí comenzó un largo peregrinar del sagrado icono, pues los Caballeros lo llevaron consigo a Messina, Nápoles, Civitavecchia, Viterbo, Niza, Villafranca y posteriormente a la isla de Malta.

Tras la victoria sobre el asedio otomano de 1565, la Orden vivió dos siglos de esplendor en los que edificaron la ciudad de La Valetta con su nueva catedral en la que entronizaron el venerado ícono.

En 1789, durante su incursión a Egipto, Napoleón invadió Malta y exigió a los Caballeros abandonar su isla, pero gracias al celo del Gran Maestre Fra Ferdinand von Hompesch, el icono pudo ser rescatado y llevado a Trieste y de allí a Roma, de donde fue sacado en 1799 para entregarlo al zar Pablo I, nuevo Gran Maestre de la Orden, quien lo instaló en el palacio de Invierno de San Petersburgo, donde permaneció hasta 1917 cuando fue trasladado al Kremlin de donde salió a Copenhague para ser  confiado a la zarina madre refugiada en  Dinamarca, quien lo confió a sus hijas quienes a su vez lo entregaron a los obispos  de la iglesia ortodoxa.

Los obispos lo entregaron en resguardo al rey Alejandro I de Yugoslavia, quien lo conservó en el Palacio Real de Dedinje, Belgrado, de donde desapareció en 1941.

El ícono fue redescubierto en 1997 gracias al empeño de la investigadora italiana Giovannella Bertè Ferraris di Celle, quien supo por sus investigaciones en monasterios ortodoxos que se encontraba en el museo de Cetinje, capital de Montenegro.

En 2004, el Gran Maestre de la Orden de Malta, Fra Andrew Bertie y el Soberano Consejo de la Orden acudieron a Cetinje a venerar el sagrado icono de Nuestra Señora de Filermo, su Santa Patrona reencontrada providencialmente.

Confiamos en que Montenegro muestre nobleza y regrese el ícono a sus propietarios originales, luego de tan agitado peregrinaje por el mundo.

POR ROBERTO O'FARRILL CORONA

MAAZ