OJOS QUE SÍ VEN

No tienen límites

No salimos aun del asombro de lo que los políticos mexicanos son capaces de hacer con tal de desviar la atención de lo importante y grave que sucede en nuestro país

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No salimos aun del asombro de lo que los políticos mexicanos son capaces de hacer con tal de desviar la atención de lo importante y grave que sucede en nuestro país. El descubrimiento de la proclividad por el lujo y la buena vida del hijo mayor del presidente de México que, dicho sea de paso, nada de malo tiene, que tira por tierra el discurso falaz del presidente de la justa medianía, ha provocado toda suerte de estrategias de comunicación, que popularmente se conocen como maromas para no profundizar en el tema. Sin embargo, esos esfuerzos han sido fallidos.

El conflicto artificial con España por la tardanza en dar el beneplácito al próximo embajador Quirino Ordaz y la “pausa” anunciada se zanjó hábilmente por el ministro de relaciones exteriores español José Manuel Albares; la intervención de Marcelo Ebrard fue fundamental. Las acusaciones de Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos de injerencista por expresar su preocupación por la violencia y asesinatos en contra de periodistas mexicanos, fue acallada duramente por la Casa Blanca al brindar todo su apoyo a su secretario de estado Anthony Blinken.

Tuvo que aparecer nuevamente Marcelo Ebrard quien logró encauzar una vez más la relación con nuestro principal socio comercial. Aún más burdo y hasta tema de cartones políticos, el recrudecimiento de la discusión sobre el “regreso” del penacho de Moctezuma, señalamientos que han enfriado la relación diplomática con Austria, hasta risas y burlas provocó en las redes sociales. Nada ha servido hasta este momento para desviar la atención sobre la acumulación de riqueza del hijo del presidente, el conflicto de interés entre la empresa donde trabaja su esposa, Baker Hughes, y los contratos otorgados por Petróleos Mexicanos y la desaparición de la autoridad moral para pedir a la sociedad mexicana, no aspirar, no comprar, no crecer, no ambicionar y calificar al dinero como “el diablo”.

Lo que ha rebasado todo límite de la prudencia y el decoro es el revivir uno de los episodios más dolorosos de nuestro país: el incendio en la guardería ABC que provocó la muerte de 49 niños y lesiones en más de cien de ellos. No salgo de mi asombro al ver cómo un sistema que se ha caracterizado por su insensibilidad y crueldad puede traer a la discusión nacional un evento tan catastrófico con el fin de distraer los pecados del primogénito del presidente. Con el pretexto de la impunidad, que es cierto, y el combate a adversarios políticos del Partido Acción Nacional se ha vuelto a abrir una herida que a casi trece años de ocurrido aun supura.

Tantas mentiras se han dicho del caso que no puedo dejar de compartir lo que informé en ese tiempo sobre lo sucedido. El fuego no inició en la guardería, se registró en una bodega contigua donde el gobierno de Eduardo Bours Castello, gobernador de Sonora en ese entonces guardaba archivo muerto. El fuego fue tan intenso que alcanzó las instalaciones de la guardería. La guardería no tenía los requisitos mínimos para desalojarla en forma efectiva en caso de siniestro. Es mentira que el gobierno de Felipe Calderón nada haya hecho en ese triste día 5 de junio de 2009.

Se atendió oportunamente a los padres de todos los niños presentes en la guardería. En múltiples ocasiones entrevisté al director del Instituto Mexicano del Seguro Social Daniel Karam quien dejó claro en ese entonces: se indemnizó a las familias de los niños fallecidos, se les dio atención vitalicia en México y Estados Unidos a los niños con quemaduras, se dio atención vitalicia en ambos países a los niños que respiraron humo, inclusive se les dio atención vitalicia en ambos países a niños rescatados oportunamente que no resultaron quemados y tampoco respiraron humo. Se atendió a todos.

Decir lo contrario es mentir. Decir que no se investigó es también una dolosa mentira. Sergio Salazar Salazar y Carla Rochín Nieto fueron imputados como responsables del terrible incendio. Entonces ¿qué quería la oposición y qué quieren los integrantes de Morena, el presidente y sus lambiscones? meter a la cárcel a Margarita Zavala y a Felipe Calderón por ser familiares de Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, titular de la asociación civil que sostenía económicamente a la guardería. Todo un despropósito.

Es claro que, para ocultar sus propias negligencias y corrupciones, la actual administración es capaz de todo y usar cualquier cosa a fin de distraer la atención de una sociedad en general, poco informada. Ahora que ha estallado el conflicto en Ucrania con la invasión rusa, asunto que por mucho rebasa las peleas del presidente mexicano, estamos atentos a un acontecimiento que nos puede llevar a “un salto al vacío” como dijo Juan Ramón de la Fuente, representante permanente de México ante las Naciones Unidas. Ni hablar, la guerra les cayó como anillo al dedo.

Corazón que sí siente

Joe Biden, presidente de los Estados Unidos dijo que no se detendrá hasta que Vladimir Putin, presiente ruso, desista de su invasión a Ucrania y convertirlo en un paria en el concierto internacional. Después de estas declaraciones, ya no hay macha atrás.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
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