DESDE AFUERA

México y Panamá, la forma es fondo

El Presidente volvió a hacer designaciones y pronunciamientos muy a su estilo, aunque no necesariamente de la mejor manera diplomática

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El historiador Pedro Salmerón hizo lo correcto y declinó el nombramiento como embajador de México en Panamá.

Pero eso llevó a que el presidente Andrés Manuel López Obrador volviera a hacer designaciones y pronunciamientos muy a su estilo, aunque no necesariamente de la mejor manera diplomática.

Desde el anuncio de su nombramiento, Salmerón estuvo en el centro de una polémica, debido a acusaciones de hostigamiento sexual que datan de su desempeño como profesor en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Las acusaciones tuvieron eco tanto en México como en Panamá, y de hecho llevaron a que la canciller Erika Mouines, con una reputación de feminista, pidiera a México retirar la petición de beneplácito, en un efectivo rechazo a la designación.

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El hecho no sorprendió a nadie. Pero evidentemente irritó al presidente López Obrador, que literalmente acusó a Mouines, de actuar "como si fuera la Santa Inquisición", y luego buscó una salida de cortesía política para expresar que no creía que el presidente de Panamá estuviera enterado de las acciones de su canciller.

El problema no es Mouines, que recibió cartas de grupos panameños opuestos a la designación, sino la fama pública de Salmerón, que donde ha ido y adonde vaya, ha enfrentado y va a enfrentar el mismo ruido. Su eficacia y su potencial impacto como embajador estaban comprometidos, de entrada.

De hecho, el diario La Prensa de Panamá consignaba el 20 de enero que "en las últimas horas diferentes colectivos feministas, organizaciones no gubernamentales y defensores de los derechos humanos en Panamá, como la Asociación De Agnósticos y Ateos de Panamá, Juventudes Revolucionarias de Panamá, Movimiento Mujeres de Panamá, entre otros se sumaron a un comunicado en conjunto a los grupos que se oponen desde México a la designación de Salmerón".

López Obrador anunció que presentaría una nueva propuesta, “a ver si la acepta el gobierno de Panamá”, y anunció a una nueva candidata, la senadora suplente y directora de teatro, Jesusa Rodríguez, en lo que parece el extremo opuesto del espectro: feminista, homosexual, favorable al aborto, indigenista y en favor de la marihuana.

Pero en este caso si hay un "gaffe" es del propio López Obrador. Por un lado, hizo patente su molestia y personalizó públicamente su irritación en Mouines, alta funcionaria de un gobierno de otro país por más pequeño que sea.

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¿Puede esto tener consecuencias? Quién sabe. México es un país importante en la región y López Obrador tiene tanto críticos como simpatizantes fuera de las fronteras.

Hay una creciente impresión de que la verdadera conducción de las Relaciones Exteriores de México está en Palacio Nacional, y la creciente irritación y desesperanza entre los diplomáticos de carrera magnifican esa idea. Pero alguien dijo, con razón, que "en política, como en poesía, la forma es fondo". Y es especialmente cierto en política exterior.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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