Si analizamos la frase de este psicólogo español, podemos concluir que las viviendas son solo uno de los elementos indispensables para que las personas comiencen a desarrollar su identidad, a ejercer sus derechos y a generar relaciones de convivencia en la sociedad.
Ante los cambios de paradigma en la forma de convivir en espacios cerrados derivado de la pandemia que aún seguimos combatiendo en prácticamente todo el mundo; en muchos ámbitos de la vida diaria nos ha llevado a reflexionar si los espacios de habitabilidad en nuestras casas, son suficientes y adecuados, acorde con las necesidades de toda persona.
No me refiero a criterios de comodidad sino de accesibilidad y de diseño universal en cada entorno; ya que si observamos la diversidad de la cultura mexicana, vemos distintas formas de composición de la familia como célula básica de una sociedad; y a su vez se hacen evidentes las características que debe tener una vivienda para ser considerada digna y adecuada.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2020 del INEGI, tan solo en la Ciudad de México se registran mil 226 personas en situación de calle; la pregunta es ¿esas personas en lo individual no tienen derecho a una vivienda digna por no ser parte de una familia? Mi respuesta es: sí, aún con el texto actual de la ley; ya que, se debe garantizar de manera clara para todas la personas este derecho, y que sea este el punto de partida para que los gobiernos implementen políticas públicas eficientes.
La reflexión que hoy comparto, me impulsó a presentar ante el Congreso una reforma a la Ley de Vivienda, para que además de garantizar este derecho a todas las personas, se incluyan criterios que hagan a una vivida digna, accesible, habitable, que se adapte su entorno a las necesidades culturales, de recreación y formación; que tengan un tamaño suficiente y adecuado, con diseño y ubicación seguros ante cualquier fenómeno natural; ya que de esta forma, todas las personas contaremos con un espacio básico que sirva para realizar actividades cotidianas y disfrutar al mismo tiempo de otros derechos que las leyes nos reconocen.
Sin duda los problemas en torno a la vivienda y su accesibilidad, no se terminarán aquí. Estoy consciente que para hablar de dignidad de las personas y su vivienda, se deben atender problemas como las construcciones deficientes e insuficientes, el hacinamiento, ausencia de servicios básicos como la electricidad, el agua, drenaje, servicios urbanos, entre otros.
Sin embargo, hoy la propuesta esta en la mesa y a merced de la mayoría, pero el trabajo no acaba aquí, este es apenas un paso para impulsar el derecho a la vivienda digna en la agenda pública y que sea una garantía efectiva para todas y todos.
GABY SALIDO
DIPUTADA LOCAL EN EL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Twitter: @gabysalido
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