TRES EN RAYA

Igualito que en Dinamarca

El tiempo que me encuentro en este país descubro lo serio que resulta para los daneses el rubro educativo y lo despreciable que es la fantochería populista

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estoy en Dinamarca; viaje de placer y de trabajo. A ratos, por deformación y casi sin quererlo, me he abocado a comprobar si México es como Dinamarca. Digo, la culpa la tiene López Obrador ya que nos ha prometido acercarnos a dicho país en repetidas ocasiones estos últimos cuatro años.

Pues bien, temo informarles que no. Que nada de eso.

Sé que me dirán que para concluir lo anterior no era necesario venir hasta acá. Sin embargo valió la pena para evidenciar y buscar otras NO similitudes, algunas que les comparto a continuación.

Empiezo por establecer que el PIB per cápita de Dinamarca es de más de 67,000 USD al año y, bueno, se nota. Copenhague es una ciudad muy limpia, con pocos graffitis y escasa propaganda política tipo la que hoy inunda las calles de la CDMX. Mientras contemplaba a la guardia real, la reina Margarita entró a su palacio manejando una camioneta, seguida únicamente de un vehículo de escolta con dos guardias. Los daneses que estaban en la plaza le aplaudieron (nada estridente) y nos señalaron a su monarca, haciendo hincapié en lo poco que les cuesta a ellos y lo mucho que hace por el país. Vaya, idéntico al nuevo Jetta de López Obrador y toda la caravana que le acompaña…

Y hablando de gobernantes, dentro de los animales que configuran el escudo danés se encuentra el ganso. No uno cansado, sino uno de la realeza y que de forma real ayuda a impulsar la economía de su país.

Es un país que cree y le apuesta a las energías limpias, y donde el transporte más utilizado es la bicicleta (hay cinco veces más bicicletas que automóviles). Aún con frío, se ve a la gente rodar en ellas. El sistema de vías de comunicación para estas es extenso. Los taxis, por su parte, tienen integrado un sistema que al final del viaje informan al pasajero cuánto CO2 se generó durante el trayecto.

Caminar a altas horas de la noche, no es peligroso pues es casi nula la delincuencia. Fue vergonzoso decir que en México en este año se acumulan ya más de 27,000 muertos producto de la violencia. Obviamente aquí no entienden como, cómo sin estar en guerra, tenemos más asesinatos que en lo que va de la guerra de Ucrania (poco más de 6,900). Para ponerlo en perspectiva, en Dinamarca hay menos de un homicidio por cada 100,000 habitantes; en nuestro país son 28. Casi igualito…

La limpieza se da por sentado. Aun plagada de canales, el agua no apesta la ciudad como sucede en casi cualquier puerto de México. Además, en “Kobenhavn” mantienen una relación de simbiosis con el agua (¿se puede llamar de otra manera?), entendiendo que no solo les sirve para transportar mercancías, hacer deporte (muchos kayaks) o vivir en algún barco, sino que dependen de ella y viven gracias a ella. La política pública prioritaria de la capital danesa es cuidarla y mantenerla limpia. Ningún otro tema de infraestructura recibe más recursos presupuestales.

Al decir que nuestro actual presidente quiere tener un sistema de salud cómo el danés, la primera pregunta que aquí se deseo saber es qué porcentaje del PIB se dedica al sistema de salud en México. En Dinamarca es de casi el 12%. Los ojos de mis interlocutores se pusieron como platos cuando señalé que López Obrador y la 4T han mantenido un desabasto en medicinas, quimioterapias, vacunas y hasta en el tamiz neonatal. No entienden cómo se gasta el 6% del PIB en México con esas prioridades y esos paupérrimos resultados.

El sistema de salud danés se financia principalmente de un impuesto especial que pagan todos los ciudadanos (y quienes viven aquí) sin excepción. No hay economía informal, por supuesto (en México es del 70% de la PEA). Y la atención es —de verdad— universal (cobertura global, incluyendo dentistas). Por cierto, Dinamarca no solamente atiende a su población con ese presupuesto, también realiza importante investigación en contra del cáncer.

El tiempo que me encuentro en este país descubro lo serio que resulta para los daneses el rubro educativo y lo despreciable que es la fantochería populista. Están conscientes de que una educación de vanguardia ES la piedra angular del desarrollo como individuo y progreso como país. Para acabar pronto: igualito que en México.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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