Nuevamente la Secretaría de Educación Pública (SEP) le resta importancia o de plano minimiza la emergencia educativa en la que se encuentran las escuelas mexicanas. Recientemente dio a conocer que las evaluaciones en el aula serán nuevamente calificadas de acuerdo a las normas aplicadas en el periodo previo al cierre de planteles. Esto puede poner en riesgo, de forma innecesaria, la permanencia de los estudiantes en las escuelas.
Mediante el Oficio Circular DGAIR-DGDC/379/2022 anuncia que el próximo 30 de noviembre concluye el periodo extraordinario de recuperación y la valoración obtenida será utilizada como calificación del ciclo 2021-2022 para aquellos estudiantes que tuvieron una participación intermitente o inexiste, calificación que no puede ser inferior a 6. La semana pasada, las escuelas realizaron la primera evaluación trimestral y en la mayoría de las entidades federativas los maestros ya cargaron en el sistema de control escolar las calificaciones.
Nos parece inadecuado delegar la carga a las escuelas y familias de “reincorporar” a los estudiantes para que sean evaluados y así “prevenir” el abandono, sin establecer ningún compromiso concreto de apoyo de parte de las autoridades educativas para lograrlo. No se contempla ningún programa específico que permita identificar las razones del abandono y lograr que los estudiantes regresen.
Asimismo, aunque para el ciclo 2022-2023 continuará la exención del cumplimiento del 80% de asistencia para obtener la acreditación y la promoción al siguiente grado escolar, se establece que los estudiantes de 3ro de primaria a 3ro de secundaria volverán a tener calificaciones de 5 a 10. Esto implica que deben tener una calificación global de 6 y haber aprobado al menos 6 materias para pasar al siguiente grado escolar.
Nos parece una medida prematura. No hemos regresado a la normalidad. Seguimos en emergencia educativa a menos que la SEP tenga otros datos que muestren lo contrario. Ya llevamos un año de haber regresado a las actividades presenciales y la SEP sigue sin rendir cuentas sobre los aprendizajes y el abandono escolar. La maestra Delfina prometió a inicio del ciclo escolar pasado que darían a conocer un diagnóstico sobre el rezago educativo y no se ha cumplido.
En ese lapso, la SEP ha emitido una Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a las Escuelas de Educación Básica (mayo 2021) y una Estrategia Nacional para Promover Trayectorias Educativas y Mejorar los Aprendizajes de los Estudiantes de Educación Básica (abril 2022) que contemplaba algunas medidas para afrontar la situación. También, en conjunto con las autoridades educativas locales, emitieron la Declaración de Puebla denominada “Vamos todas y todos por la educación” (junio 2022) pero todo a quedado en el papel y el discurso, pues el recientemente aprobado Presupuesto de Egresos de la Federación para 2023 no contempla programas para implementarlos.
Ante esto los docentes nuevamente quedan abandonados y con sus propios recursos tendrán que equilibrar sus actuaciones para lograr una evaluación formativa y no solamente una calificación de conocimientos, pues el riesgo es que terminen enfocándose más en el resultado que en el proceso.
En lugar de estar pensando en más de lo mismo es hora que la SEP haga su tarea e implemente más apoyos a maestros y estudiantes e informe periódicamente de los resultados logrados. No sería mala idea también evaluar su desempeño trimestralmente, pero mucho me temo que corremos el riesgo de darle un cinco de calificación.
POR FERNANDO RUIZ
DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN EN MEXICANOS PRIMERO
@FRUIZ_RUIZ
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