COLUMNA INVITADA

Grave error

Grave error es llamar cretinos a los que defienden al Instituto Nacional Electoral (INE), conservadores, corruptos, hipócritas, clasistas y rateros a los que según el presidente organizaron la marcha del pasado 13 de noviembre

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es un grave error del presidente de la República atacar, denostar, ofender a quienes piensan diferente a él y a los que no le ofrecen a su parecer el cien por ciento de lealtad ciega sin cuestionar sus decisiones. Por ello, a sus iniciativas enviadas al Congreso de la Unión, no permite que se le modifique un punto, una coma, rompiendo cualquier posibilidad de discusión, elemento indispensable en una democracia.

Grave error es llamar cretinos a los que defienden al Instituto Nacional Electoral (INE), conservadores, corruptos, hipócritas, clasistas y rateros a los que según el presidente organizaron la marcha del pasado 13 de noviembre. El ofender, el atacar, denigra a quien lo hace, el dialogar, conciliar y respetar a quien no piensa igual, enaltece.

El seguir atacando a la clase media de este país es un grave error, es una factura que tarde que temprano se reflejará en las urnas, la polarización, la división que ha generado Andrés Manuel López Obrador es algo que le cobraran los mexicanos. La gente en algún momento recobrará la memoria, recordará que es un pueblo fraterno, amigable, que tiende la mano a su hermano en desgracia.

Es un grave error el surgimiento en este gobierno de los famosos “aplaudidores” que se sienten reporteros. No tienen la menor idea de lo que es ser un verdadero periodista, no entienden que este por naturaleza cuestiona los actos del poder, esa es su labor, informar con objetividad a la sociedad.

En cambio, tenemos a una secta de “aplaudidores”, que, apoyados por el actual gobierno, se dedican a incendiar las redes sociales y a polarizar más a una sociedad ya de por si dividida. Y es que su líder, el presidente de la República, no entiende de las cuatro operaciones básicas de las matemáticas aplicadas en la vida diaria: nunca restar ni dividir, y siempre sumar y multiplicar.

Otro grave error, es al interior de Morena, en donde siguiendo el ejemplo del presidente, dividen y estigmatizan a voces mucho más conciliadoras, quienes, al contrario de los ya radicalizados morenistas, tratan de buscar dialogo y consensos entre la sociedad.

Por eso, el subestimar al canciller Marcelo Ebrard y al senador Ricardo Monreal sería otro grave error. Los dos son viejos lobos de mar, guerreros de mil batallas, con gran camino recorrido y una gran experiencia política y administrativa. El atacarlos y llamar, por ejemplo, traidor a Monreal, es un desatino propio de novatos o de personajes como la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien cada día se parece más a un elefante en una cristalería, o lo que es lo mismo, es más peligrosa que un mono con guadaña en supermercado.

Es también un grave error gobernar desde el rencor, desde la venganza, desde las ocurrencias. El que ahora el 27 de noviembre quiera el presidente López Obrador marchar, claro, porque se lo “pidió el pueblo”, parece más la reacción de un niño malcriado que busca desquitarse del regaño que le acaba de propinar su mamá.

El vamos a marchar porque la gente quiere, nos recuerda las famosas fuerzas vivas de Luis Echeverría Álvarez. Esta cargada que fuera parte de los usos y costumbres del PRI, como olvidar el famoso: “arriba y adelante”.

Grave error comete el señor presidente al subestimar al mexicano, tarde que temprano recuperara la memoria histórica, y recordara que somos un pueblo al que muchas veces les han quedado chicos sus gobernantes.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
EDUARDOMACG@ICLOUD.COM
@EDUARDO84888581

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