Columna invitada

La Familia, en la mira

La razón por la que este núcleo da tanto miedo es porque en él, lejos de ser un número, se defiende el valor y la identidad de cada persona

La Familia, en la mira
Paz Fernández Cueto / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Por segunda vez, México fue la sede de la edición XIV del Congreso Mundial de las Familias (WCF), llevado a cabo del 30 de septiembre al 1 de octubre en la Ciudad de México. La respuesta de la gente rebasó las expectativas de los convocantes. La Expo Santa Fe se vistió de fiesta por el entusiasmo de más de diez mil participantes que llenaron sus espacios presenciales y virtuales. Procedentes de distintas partes de la república y del mundo, matrimonios, líderes religiosos y políticos, empresarios, artistas, deportistas, académicos, publicistas, científicos, etc., se dieron cita atraídos por la calidad de los expositores nacionales e internacionales que estuvieron a cargo del programa.  

Llamó la atención la asistencia de los jóvenes. Ciertamente el Concierto de Emmanuel y Mijares del sábado por la noche fue un gancho importante. El entusiasmo que despiertan artistas tan famosos y cercanos —eternamente jóvenes—, es un fenómeno intergeneracional que no deja de asombrarnos. Sorprende también el atractivo que sigue teniendo la familia, realidad de perenne actualidad como la humanidad misma, a pesar de la crisis que atraviesa. Resulta que esta realidad elemental para la existencia humana, tan sencilla y natural, ese espacio de pertenencia, acogida y encuentro que tanto añoramos, está siendo cuestionado, cuando no, ferozmente atacado y denigrado en las políticas públicas.

Giorgia Meloni, ganadora de las elecciones generales en Italia, mujer de 45 años, la primera al frente del Gobierno de su país, obtuvo la mayoría absoluta prometiendo gobernar para todos los italianos privilegiando lo que une, no lo que divide. Si hay algo de interés general que ha unido históricamente a países como el suyo y —como el nuestro— es la familia, por la que apostó desde el inicio de su campaña y en su programa de gobierno definiéndose, de entrada, como mujer, madre, cristiana e italiana. 

No tardó en reaccionar la prensa internacional —hábilmente orquestada— tachándola fascista, conservadora, ultraderechista y otros epítetos por el estilo que lejos de intimidarla la llevaron a cuestionarse, ¿Por qué la familia es un enemigo que da tanto miedo? Hay solo una respuesta: porque define nuestra propia identidad, porque todo lo que se define en este tiempo se convierte en enemigo, como si no tuviéramos identidad, como si fuéramos solamente esclavos, consumidores perfectos.

Es por esto por lo que se ataca la identidad nacional, la identidad religiosa, la identidad sexual y la identidad familiar. Resulta políticamente incorrecto definirse. Para los manipuladores basta con ser individuos X, progenitores X. Interesa ser solamente número porque, cuando la persona se convierte en número, se convierte en el esclavo perfecto de los especuladores, en el consumista perfecto.

La razón por la que la familia da tanto miedo es porque en ella, lejos de ser un número, se defiende el valor y la identidad de cada persona. Es en este espacio, diseñado por la naturaleza misma, donde se es aceptado y querido por lo que se es, no por lo que hace ni por lo que tiene. El lugar adecuado para nacer, crecer y morir de acuerdo con la dignidad de la persona. La ideología de género detesta a la familia porque ésta la contradice.

La misma definición de la palabra género al enfrentarse con la familia, queda al descubierto vacía de contenido y sin sustento. Intentan robarse la palabra, pero su etimología delata las mentiras que propagan. Porque, a través de nuestros progenitores, adquirimos un código genético único e irrepetible que nos define como mujeres o como hombres.

La familia nos hace fuertes, nos une por generaciones enteras, la genealogía históricamente influye en nuestros valores, principios e identidad. Apostar por la familia es defender la libertad, algo sagrado que debemos defender por encima de todo. Felicidades a Giorgia Meloni primera ministra de Italia que se ha definido como  mujer, madre y política cristiana. 

Felicidades también al Congreso Mundial de las Familias por el éxito de su convocatoria.

POR PAZ FERNÁNDEZ CUETO
COLABORADORA
PAZ@FERNANDEZCUETO.COM

MAAZ

 

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