Lo que sucede en nuestro país cada día es más predecible. Dada su monotonía, en ocasiones ya resulta hasta aburrido leer, o ver noticias. La pregunta sería; hasta cuándo va a reaccionar un pueblo bueno y sabio que ve como su poder adquisitivo disminuye, como hay escasez de medicinas, como su familia se encuentra cada vez más vulnerable ante la delincuencia, entre otras cosas.
Mientras tanto, tenemos funcionarios federales que dejan mucho que desear, un presidente que continuamente se contradice o en el mejor de los casos, sus datos no coinciden con la realidad. Sin embargo, la gente no reacciona y pareciera que se conforma con lo que sucede y aplica la máxima del programa de Cristina Pacheco: “Aquí nos tocó vivir”.
Por su parte, la oposición sigue perdida en un laberinto sin salida, mientras que el supuesto “aliado” traiciona y cuida la retaguardia para no pisar la cárcel, el PAN con su presidente nacional, Marco Cortés, da ternura debido a su ingenuidad y falta de oficio político.
El panista viajero, de gira por Bélgica y Alemania, se reunió con lideres europeos para denunciar, según un comunicado del PAN,
violaciones a la Constitución y el autoritarismo de Andrés Manuel López Obrador. Mejor hubiera dicho que quería ir de paseo y no pasa nada. Aquí se aplica la de que la mejor política exterior es la interior. Sigue sin entender la oposición la dinámica del presidente y su tablero de ajedrez. Si fuera box, estaríamos viendo a un peso pesado contra uno mosca.
Se hubiera quedado Marko a defender y ver por los intereses de los padres tristes y desesperados de los 43 normalistas asesinados en Ayotzinapa, debería estar investigando que paso con las vacunas caducadas contra el COVID y cómo va la vacunación de la población en general, sobre todo de los menores de edad. Una vuelta por el Senado de la República no le caería mal, por aquello de que esto no se acaba hasta que se acaba.
A cambio de eso, Marquito está más preocupado en viajar y ver como mantiene su ya de por sí, muy raquítico grupo político en las
cámaras y dentro de su propio partido, donde, por cierto, cada día tiene menos apoyo y más voces disidentes. Al no existir oficio político, cualquier tema nacional que afecta a millones de mexicanos es ganado en la mesa por el presidente de la república con sus ya famosos distractores: yo tengo otros datos, son los adversarios que nos quieren debilitar, son los fifís, los conservadores, antes eras más corruptos, y un largo etcétera.
Por su parte, la oposición no sabe, no ha aprendido a poner el foco de la discusión donde debe estar, así, por ejemplo, debate sobre lo dicho por la periodista Peniley Ramírez en el caso del informe de los 43 normalistas asesinados, cuando no debe estar ahí el análisis, sino en el papel que jugó nuestro Ejército, antes, durante y después de los lamentables acontecimientos.
Pero el panorama político en el país se agrava más, ya que al parecer hoy nada está en su lugar, una oposición desarticulada, con
liderazgos nulos o muy endebles y, por otra parte, un partido en el poder que nunca entendió para qué ganaron.
Tan desprestigiada esta nuestra clase política, que el Senador por el PAN, Raúl Paz, renuncia a su bancada y partido, y se pasa a
Morena. Era para que este legislador impresentable no solo no llegara al Senado, sino que lo hubieran expulsado desde hace mucho tiempo del blanquiazul.
POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
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MAAZ