Allá en el Senado, del lado de los radicales y de los partidarios de Claudia Sheinbaum, festejan y se relamen los bigotes. En una de esas –gracias al fuego fratricida-, logran ¡ya! verlo fuera de Morena.
Son horas aciagas para Ricardo Monreal. Cierto que el zacatecano parece tener siete vidas y que ha logrado sortear momentos complicados –algunos todavía más duros- a lo largo de su camino, pero también parece cierto que el tiempo con los colores guindas se le agota.
Él mismo comenzó a apuntar en los últimos días la posibilidad del “rompimiento” y del “camino sin retorno”; al tiempo que ha abierto sus cartas y puesto nombre y apellido, sede y oficinas –la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México- a quienes lo mandan golpear.
Pero la pregunta que se hacen los monrrealistas no es el ¿por qué? golpean a su coordinador en el Senado, cuando tienen más que claro que lo quieren fuera de la contienda presidencial y fuera de Morena de una vez por todas. La pregunta es ¿Por qué ahorita? ¿Por qué arrecieron los ataques contra Ricardo en este momento?
Los más optimistas suponen que el presidente de la República estaba contento con Monreal porque logró sacar adelante la participación del Ejército en las calles hasta el 2028, e incluso avizoraban la posibilidad de que les abrieran las puertas de nuevo en Palacio Nacional.
Ello habría prendido las alarmas en la tienda de los claudistas y de los augustos.
Otros siguen cavilando. Consideran que esta “violencia política” contra Monreal es “absurda e innecesaria”, si se piensa en términos de la candidatura presidencial en Morena. ¿Por qué? Porque con el sólo hecho de no mencionarlo López Obrador entre las “corcholatas”, la figura del ex gobernador de Zacatecas se iba apagando.
Muchos opinadores, arguyen, ya ni siquiera mencionaban a Monreal entre los posibles. Según sus monitoreos, con dificultades incluyen a Marcelo Ebrard –y eso porque mantiene alta su popularidad-; pero la carrera la han reducido prácticamente a dos: Sheinbaum y Adán Augusto López.
Entonces, vuelven a preguntarse, qué necesidad había para “embarrar” a Monreal, y más sabiendo que el senador iba a reaccionar golpeando a Claudia.
¿O alguien –perversamente- tenía interés en echar a pelar abiertamente a Monreal y a Sheinbaum?
Esas son algunas de las cábalas que revolotean en el Senado.
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GEMAS: Obsequio de la senadora priista Claudia Anaya: “Creo que (Alejandro Moreno) no debe estar al frente del partido porque, finalmente, lo que se expone (en lo divulgado por la gobernadora de Campeche) es el pasado, pero hoy tenemos dos candidaturas enfrente: Estado de México y Coahuila. ¿Con qué certeza van los candidatos en el Estado de México y Coahuila, si el dirigente del PRI está deseándole a Morena que ganen?”
POR MARTHA ANAYA
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MAAZ