Veneno para cucarachas! Así lo anunció en la mañanera Alejandro Ernesto Svarch Pérez, titular de la Cofepris. Alertó que los vapeadores contienen linalol, una sustancia utilizada para matar moscas y cucarachas; el uso prolongado de estos, por tanto, puede resultar mortal.
Dado el despliegue por parte de la Comisión de una campaña para desalentar —en unos casos; prohibir en otros— su uso, pareciera que el vapeo es el problema más grave de nuestro país. Ojalá así fuera.
Habría que poner las cosas en su justa dimensión: el 13.1% de los adultos fuman en nuestro país (Informe sobre el control del tabaco en la región de las Américas 2022, de la Organización Panamericana de la Salud), mientras que la encuesta de la Comisión Nacional contra las Adicciones 2022 señala que son alrededor de 975 mil personas (de entre 12 y 65 años), esto es, poco menos de 0.6% de la población la que utiliza vapeadores. O sea, “de la moda, lo que te acomoda”, parecería que la Cofepris ha establecido: “de la OMS, sólo lo que refuerza tus preconcepciones y plan de gobierno”.
Mientras la OMS apenas está esbozando como necesidad el prohibir los sistemas electrónicos de administración de nicotina y mariguana, nuestro país ya lo hizo. Lástima que no siguiera a la OMS respecto a sus lineamientos sobre las vacunas anti COVID…
Todo indica que las sustancias que se encuentran en los diversos líquidos de vapeo pueden afectar al aparato respiratorio y en, contadas ocasiones, provocar la muerte. Pero el hecho es que a nivel mundial, y en particular para nuestro país, no se cuenta con cifras exactas de las personas que fallecen anualmente por el vapeo.
No soy ni fumadora ni vapeadora, pero sí tengo algunas preguntas: Dado que en nuestro país fumar mata anualmente a cerca de 63 mil personas (a nivel mundial son cerca de ocho millones de personas cada año), ¿por qué la campaña gubernamental está enfocada al vapeo?
En México, en lugar de prohibir el cigarrillo, se ha incrementado el impuesto al tabaco en 67.6%. En ese sentido, ¿no sería mejor hacer lo mismo con los vapeadores? En otras palabras, ¿por qué prohibir y no regular?
Una prohibición de vapeadores que por demás es imperfecta. En el mercado negro se continúa introduciendo al país todo tipo de dispositivos para su uso. No hay autoridad que regule lo que se vende y sólo provoca un incremento en sus precios de venta.
Parecería que la Cofepris olvida también que la SCJN hace algunos meses declaró inconstitucional la prohibición que establecía el Art. 16 fracción VI de la Ley General para el Control del Tabaco.
Valdría la pena que la 4T lo tomara en cuenta, quitara la prohibición a los vapeadores antes de que se vean invadidos de amparos y denuncias ciudadanas, y cobrara más justos y focalizados impuestos a quienes los utilicen.
Se podría conformar una industria muy regulada y no generadora de mercado negro cuyos costos, producto de la informalidad y la ilegalidad, serán pagados por todos y no sólo por los que vapean.
Sabiéndose tanto sobre el vapeo, ¿por qué desinformar al respecto? ¿Mentir habiendo razones válidas para sustentar una regulación de ese producto?
Los vapeadores son tóxicos, la OMS señala que son dañinos y quienes más los consumen son los adolescentes. Se podría regularlos retomando las mejores prácticas a nivel internacional. Pero, por lo pronto, ya sabemos: “la solución” en nuestro país es que sea la delincuencia la que obtenga las ganancias por su venta.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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MBL