En el gobierno de la Cuarta Transformación hemos tenido un avance importante en materia de legislación laboral, como no sucedía en los últimos 30 años de gobiernos neoliberales: aumento al salario mínimo, eliminación del outsourcing, seguridad social para las trabajadoras del hogar, democratización en la selección de dirigentes sindicales y la no obligatoriedad del pago de cuotas. Pero aún queda un largo camino por recorrer para mejorar las condiciones de la clase trabajadora. Es necesario alcanzar acuerdos entre la sociedad civil, las organizaciones sindicales y las empresas para garantizar otros derechos como la salud mental, el descanso y la convivencia familiar.
En la Cámara de Senadores acabamos de aprobar, en comisiones, el dictamen que reforma la Ley Federal del Trabajo, el cual propone aumentar de 6 a 12 los días de vacaciones a los que tiene derecho un trabajador durante su primer año laboral, con un incremento progresivo de dos días anuales hasta llegar a 20. Está comprobado que contar con tiempo para la recreación, la interacción familiar y el ocio mejoran la productividad y tiene implicaciones positivas en el ambiente de trabajo, en el crecimiento de la empresa y en la economía de un país, además de generar un impacto favorable en el sector turístico.
Lo que se está analizando actualmente en el Poder Legislativo es histórico, pues el tema de las vacaciones de las y los trabajadores no ha sufrido cambios desde que la Ley Federal del Trabajo entró en vigor el 1 de abril de 1970. Eso significa que desde hace más de 52 años se vienen estableciendo los mismos 6 días de vacaciones para las personas trabajadoras de México que tengan un año de servicio.
México es uno de los países del mundo con el menor número de vacaciones garantizadas en la legislación laboral, con un mínimo de seis días después del primer año de trabajo, y que se incrementan gradualmente a partir del segundo año, en contraste con el resto de los países de América Latina, donde el promedio es de 16 días, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en América Latina.
Al hacer un comparativo con países como Cuba, Panamá o Nicaragua, que dan 30 días de vacaciones a sus trabajadores desde el primer año de labores, en México una persona tendría que pasar 45 años continuos en el mismo empleo para alcanzar los mismo días de descanso. Si la comparación es con Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela o Bolivia, países en los que desde el primer año laboral se tienen garantizados 15 días de vacaciones, un mexicano tendría que pasar 10 años laborales continuos para alcanzar los mismos días de descanso.
Desafortunadamente, México se ubica en la lista de los países que otorgan menos días de vacaciones, seguido de naciones como Brunei, Nigeria, China, Uganda, Filipinas, Malasia o Tailandia, que conforman el grupo de economías con menos de 9 días anuales de descanso.
Por todas estas consideraciones, podemos afirmar que es prioritario actualizar el marco jurídico para que esté acorde con nuestra realidad social, pues ciertamente una característica de las leyes es su constante evolución. Como legisladores de la Cuarta Transformación, hoy cumplimos con una deuda histórica que teníamos con las personas trabajadoras, al garantizarles una ampliación del legítimo derecho al descanso.
POR MARÍA MERCED GONZÁLEZ GONZÁLEZ
SENADORA DE MORENA POR EL ESTADO DE HIDALGO
@MARIAMERCEDG
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