Hace cuatro años inició en México un proceso de transformación profunda a nuestro país, que empezó a alinear los intereses del gobierno con los de la gente, construyendo una agenda colaborativa con las causas más justas de un México dividido por las desigualdades. Aunque como un convencido obradorista estoy seguro de que estamos en el camino correcto para atender esas desigualdades, como activista y hombre de la diversidad sexual creo también en el deber que tenemos con la autocrítica y la autoevaluación. Y eso empieza con reconocer los temas pendientes en una agenda amplia de causas, convicciones y deudas históricas. Debemos ser capaces de poner enfrente lo que se ha hecho y asumir con valor lo que falta por hacer. Esto debe de ir de la mano con el derecho a disentir, como parte de un movimiento tan plural y diverso como lo es MORENA. Sólo mediante el encuentro de puntos de vista y experiencias será posible construir y ampliar el proyecto de Nación al que aspiramos.
En este sentido, en un momento en el que la gran pregunta que pesa en el aire es quién será la persona que continúe la transformación, yo creo que la pregunta que en realidad debemos hacernos es cómo hacerlo. Y sé que este es un ímpetu que comparto con otras personas y movimientos al interior de MORENA. Para responderla, debemos pensar en términos de un proyecto que, como ya ha quedado claro, empieza por reconocer los pendientes y proyectar la forma de solventarlos. Por otro lado, soy un convencido de que la única forma de ampliar y consolidar ese proceso de transformación es por la vía del progresismo, dejando a un lado las tibiezas electoreras. Debemos asumir la agenda de derechos como nuestra, no sólo en lo legislativo, sino también en los programas de gobierno y en la implementación de política pública. Resulta urgente y obligatorio integrar y defender una agenda de ideales para traducir los derechos contenidos en la ley en realidades tangibles.
Con este ánimo, el primer sábado de octubre tuvimos un encuentro nacional, organizado por Reconciliación por México, entre personas representantes y activistas LGBTIQ+ y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, el Senador Ricardo Monreal, quien desde su posición puede garantizar e impulsar temas clave. En dicho espacio, la premisa era acercar a voces diversas con el Senado, no sólo para poner el dedo sobre los grandes pendientes, sino para empezar a construir plataformas de trabajo que permitan avanzar con el reconocimiento y la materialización de los derechos. Ese día, el Senador Monreal asumió cuatro compromisos de carácter nacional: avanzar con la prohibición de los ECOSIG o terapias de conversión; presentar una reforma al Artículo 1° Constitucional para la inclusión de los conceptos de orientación sexual, identidad de género y expresión de género; reformar las leyes de IMSS e ISSSTE para garantizar el derecho a la seguridad social a las familias homoparentales y lesbomaternales; y establecer un enlace permanente entre organizaciones LGBTIQ+ y el Senado.
Pese a que estos compromisos son un acto inicial, encabezado por uno de los grandes liderazgos al interior de MORENA, quiero hacer énfasis de que este proyecto es más grande que una sola persona. Reconciliar a México implica construir un diálogo que se nutra de todas las experiencias, del sector emprendedor al académico, de las voces activistas a la ciudadanía interesada en lograr un cambio verdadero. Por eso, lo ocurrido el sábado en el encuentro con liderazgos LGBTIQ+ y la firma de compromisos por parte del presidente de la JUCOPO en el Senado, debe ser una invitación abierta a que todos los demás actores y liderazgos relevantes de nuestro movimiento asuman un compromiso claro con el progresismo y la agenda de derechos humanos, no sólo de las personas de la diversidad sexual y de género, sino de todos los grupos de atención prioritaria.
Todos los liderazgos de MORENA y, sobre todo, aquellos y aquellas que aspiran a continuar la transformación después de 2024, deben demostrar un compromiso claro con todas las poblaciones y construir un proyecto de Nación que ponga la reducción de todas las desigualdades al centro, amplíe los derechos ganados a punto de lucha por los movimientos sociales y haga parte de ese proyecto a las personas de la diversidad sexual y de género. Nuestras voces, como movimiento crítico, cuestionador y contestatario son fundamentales para la construcción de un país en el que quepamos y avancemos todas, todos y todes por igual. Porque, como dijo el Senador Monreal, el nuevo consenso que requerimos como nación deberá eliminar todas las brechas de desigualdad, todas las formas de discriminación y eliminando las viejas estructuras que hemos enfrentado las personas LGBTIQ+ en la búsqueda de un México mejor.
Temístocles Villanueva Ramos*
*Diputado de Morena en la CDMX
@TemistoclesVR
MAAZ