La Encerrona

La guerra de un solo hombre

“Si continúan los intentos de llevar a cabo ataques terroristas en el territorio de la Federación Rusa, la respuesta será dura y proporcional al nivel de las amenazas” Vladimir Putin

La guerra de un solo hombre
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

A partir del 24 de febrero el mundo entero observó las acciones ávidas, autoritarias, expansionistas y beligerantes de Putin, así como la impotencia, tanto de Ucrania como de los países de occidente, para contrarrestar la interrupción de paz provocada por el presidente ruso. En este sentido y aunado a los casi 6 mil civiles fallecidos, los 8,600 personas heridas; las 7.6 millones de ucranianos refugiados y los siete millones de desplazados; a las crisis energética, alimentaria y humana, también debemos observar la reconfiguración del sistema internacional que este conflicto ha propiciado.

Durante este periodo de guerra visiblemente ha cambiado la perspectiva de ambos países inmersos en el conflicto, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), su resurgimiento y sus nuevos adeptos, de la actuación tímida de la ONU, Unión Europea y las potencias hegemónicas occidentales, así como la postura de China. Me explico. Hoy, la Rusia de Putin tiene una reputación adversa en todo el sistema de naciones, se ha quedado solo y es señalado por los países que tienen a la democracia como su andamiaje institucional y su aspiración y su fin.

La visión que teníamos de Ucrania de su presidente era casi imperceptible. Un famoso actor y comediante en el este europeo, con buena penetración con la sociedad ucraniana y también con la rusa; de Ucrania se sabía por su producción de trigo, agrofertilizantes y un poco de gas. Sin embargo, hoy todo el mundo sabe quién es Zelenski y cuál es el país que gobierna. El uso de la tecnología en la comunicación, como redes sociales le permitió permear sobre toda la comunidad internacional y visibilizar el cruento atropello que se vive en el territorio ucraniano a manos del ineficaz ejército ruso.

Por su parte, vemos que los países que no sufren directamente el conflicto bélico ruso-ucraniano y que en el pasado fungieron como protagonistas en guerras, hoy no han intervenido de manera activa. Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos se han visto limitados a otorgar armamento y dinero al débil del conflicto. También por parte de la Unión Europea se ha facilitado la ayuda humanitaria con los refugiados y desplazados, además de los señalamientos condenatorios y las muy comentadas “sanciones (económicas) sin precedentes” para intentar disuadir al autócrata ruso, aunque realmente sin ningún resultado positivo.

Sin embargo, los bombardeos en todo el territorio ucraniano sucedido el lunes puede desatarle las manos a la OTAN y a los países hasta ahora limitados del uso de sus fuerzas armadas. Putin había sido cuidadoso de no golpear la capital Kiev, pero al verse “ofendido” con el ataque al puente que une Rusia con la Península de Crimea, su respuesta ha sido desproporcionada (incluso para Putin), al lanzar más de 80 misiles con el objetivo puesto en plantas energéticas, bases militares, monumentos, parques y universidades ucranianas. Esto ha hecho que el G7 se reúna con Volodomir Zelenski para acordar las siguientes acciones de guerra, quien ha manifestado que el ejército ruso y su líder Putin se encuentran “desesperados”. Ante esto, nos encontramos a pocos días de que la situación de guerra cambie, veremos a un Putin cada vez más -enloquecido- y a las naciones occidentales, UE y, sobre todo OTAN con un papel más activo para terminar esta guerra propiciada por un solo hombre.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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