COLUMNA INVITADA

La sombra de Serrano (1)

El 3 de octubre de 1927, justo hace 85 años, fue asesinado el General Francisco Serrano por elementos del ejército mexicano

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 3 de octubre de 1927, justo hace 85 años, fue asesinado el General Francisco Serrano por elementos del ejército mexicano al mando del general Claudio Fox en el kilómetro 47 de la vieja carretera a Cuernavaca, cercano a Huitzilac, Morelos; la misma suerte corrieron 13 de sus correligionarios que lo acompañaban. 

Serrano Gómez, renunció al gobierno del DF para enarbolar la bandera del Partido Nacional Revolucionario a la presidencia de la República en clara oposición a la postulación de Álvaro Obregón, quien buscaba la reelección a la primera magistratura. 

Con la finalidad de festejar su santo el militar Serrano, se encontraba en Cuernavaca con sus seguidores para posteriormente trasladarse el 4 de octubre al rancho de su propiedad La Chicharra y ahí agasajarse. 

La periodista Helia D´Acosta, en su libro La Matanza de Huitzilac, editorial Posada, 1976, señala, “En la mañana del dos de octubre de 1927, el general Serrano tranquilamente jugaba billar en el hotel Bella Vista, cuando fue aprehendidos; el general Ariza estaba en el jardín de Cuernavaca dándose grasa a los zapatos cuando lo aprehendieron, y así, todos los amigos de Serrano fueron detenidos en diferentes sitios, algunos en sus hoteles”.  

El mismo destino siguió el general Arnulfo R. Gómez, jefe de operaciones militares del estado de Veracruz, aspirante a la primera magistratura del Partido Nacional Antirreeleccionista; aprendido en Perote, Veracruz, por el general J. Gonzalo Escobar, fusilado el 4 de noviembre de 1927, en Coatepec, Veracruz. 

El catedrático de la UAM-Xochimilco, Pedro Castro, señala en su libro A la Sombra de un Caudillo, “Con el asesinato del general Francisco S. Serrano y sus trece acompañantes, En Huitzilac, se mutilan las últimas horas de la Revolución Mexicana de 1910”. 

La investigadora Rosalía Velázquez, señala en Nuestro México número 14 editado por la UNAM, “La contienda electoral de 1928 se caracterizó por haber revivido la pugna entre el reeleccionismo y el antirreeleccionismo, principal bandera del maderismo” 

Gonzalo N Santos, en sus Memorias, afirma, “Cuando la candidatura del general Obregón aún no se proclamaba, pero estaba sembrada en toda la República, el general Calles me mandó llamar con el ingeniero Luis L. León a su residencia en Chapultepec, y me dijo: “Para que pueda volver el general a la presidencia de la República va a ser necesario que se traslade a entrevistarse con él a Sonora” 

Agrega El Alazán Tostado “y hacerle ver de parte mía que es indispensable reformar la Constitución”; la Carta Magna se reformó, lo que permitió a Obregón tener vía libre para postularse nuevamente a la silla presidencial. 

El 1 de julio de 1927, Álvaro Obregón, arranca su campaña bajo el auspicio del PNA, ya en la palestra de las campañas electorales, florecen las agresiones verbales entre los tres candidatos y el desenlace fatal de Serrano y Gómez acusados de sublevación. 

Lo cierto que la orden silenciar a los militares, salió del primer mandatario Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, y como lo señala Castro “La cultura de la competencia política pacifica no acababa de nacer, y quienes decían participar en ella, coincidentemente todos los militares, educados en la línea de arrebatar, eran los primeros en poner el mal ejemplo”.  

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ