COLUMNA INVITADA

Tres estatuas, tres presidentes y un mismo final

Algunos dirían que no es prudente construir una estatua de quien aún está en el poder, o que lo dejó hace poco, pero eso no quita el hecho de que personajes como Gustavo Díaz Ordaz se encuentren en distintos puntos del país

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Algunos dirían que no es del todo prudente construir una estatua de quien aún está en el poder, o que lo dejó hace poco, pero eso no quita el hecho de que otros personajes como Gustavo Díaz Ordaz se encuentren en distintos puntos del país, sin que sean derrumbados, aunque sí manchados. Entre otras cosas, hay que entender que detrás del derrumbamiento no oficial de una estatua hay una planeación que obedece a distintos fines políticos o incluso económicos.

A principios de octubre de 2007, empezó a girar información sobre la presencia de una estatua en el municipio panista de Boca del Río, Veracruz. El monumento estaba dedicado al expresidente Vicente Fox Quesada, quien se encontraba en medio de acusaciones sobre enriquecimiento ilícito, y a la vez, promocionaba en Estados Unidos su autobiografía Revolution of Hope (2007).

La construcción de la figura desató el reproche por parte de miembros de distintos partidos políticos, especialmente del PRI y PRD. Tan solo unos días después de que se reportara sobre la existencia de aquella figura, y un día antes de su develación, un grupo de personas, supuestos militantes del PRI, tumbaron al exmandatario. No faltaron quienes compararon el suceso con el mismo destino que le deparó a la estatua de Sadam Husein.

En 1952 se terminó de construir Ciudad Universitaria, proyecto que marcaba el final del sexenio de Miguel Alemán Valdés. Aunque hubo antecedentes, fue durante su presidencia cuando se llevó a cabo la construcción de dicho espacio. No podía faltar su “toque”, y por ello, al finalizar la construcción se halló parada en la explanada una estatua vestida de toga y con un parecido (vean las fotos) a Iósif Stalin; no era el mandatario soviético a quien se representó, era Migue Alemán. Su estancia en CU no sería bien recibida por toda la comunidad estudiantil, ya que, sería objeto de dos atentados con dinamita en los sesenta. Finalmente, el monumento fue retirado años después.

Llegamos a la actualidad y el inició del 2022 nos trajo una nueva estatua derribada. Se trata de la del presidente Andrés Manuel López Obrador, develada a finales del 2021 en Atlacomulco, Estado de Méx. Su develación, que vino por parte del saliente presidente municipal morenista Roberto Téllez Monroy, fue objeto de críticas y comentarios en redes sociales. No obstante, el tema estalló el 1 de enero del presente año, cuando usuarios anunciaron su derribamiento.

Estos tres casos destacan dentro un país donde existen una gran cantidad de monumentos dedicados a los presidentes de México. Algunos dirían que no es del todo prudente construir una estatua de quien aún está en el poder, o que lo dejó hace poco, pero eso no quita el hecho de que otros personajes como Gustavo Díaz Ordaz se encuentren en distintos puntos del país, sin que
sean derrumbados, aunque sí manchados.

Entre otras cosas, hay que entender que detrás del derrumbamiento no oficial de una estatua hay una planeación que obedece a distintos fines políticos o incluso económicos. El que no aparezca la cabeza del presidente me llevaría a pensar que quienes tiraron la estatua se la llevaron para venderla; es cierto, existe un mercado para eso y la popularidad del caso solo hace que aumente su valor.

POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ

@IGNACIOANAY

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