DEFINICIONES

La insaciable CNTE

Integrantes de la Coordinadora han cometido toda clase de delitos y no pasa nada

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Integrantes de la Coordinadora han cometido toda clase de delitos y no pasa nada. Su bloqueo a vías férreas en Uruapan, Michoacán, cumplió más de un mes generando pérdidas por mil 500 millones de pesos, y no pasa nada. El miércoles robaron e incendiaron vehículos de empresas privadas en la carretera Uruapan-Pátzcuaro, y no pasa nada.

El viernes pasado, retuvieron dos horas al presidente López Obrador y le impidieron llegar a la mañanera, y no pasa nada. ¿Quién les pone un freno? ¿O son impunes?

Sus demandas podrán ser legítimas —aunque muchas no se sostienen—, pero cometer delitos para negociar y ganar, es inaceptable. Quieren más recursos. Piden plazas y mayor control sobre la educación. Se oponen al regreso a clases presenciales.

Desde que existe, la Coordinadora ha puesto por encima de los intereses educativos, y de millones de niñas y niños, los propios. Los hemos visto más en las calles, que en los salones de clases; más negociando —sino es que extorsionando— para ganar posiciones y dinero, que enfocados en planes educativos. Y no tienen incentivos para cambiar su estrategia de choque. Están acostumbrados a presionar, extorsionar, estirar la liga y ganar.

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Hace una semana, se superaron a sí mismos. Retuvieron por más de dos horas al presidente López Obrador. Lo rodearon y le impidieron llegar a su conferencia en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. ¿Qué pedían? Ser atendidos ahí mismo, dinero y prebendas. Con el regreso a clases presenciales a la vuelta de la esquina, buscaron presionar para, como suelen hacerlo, a río revuelto, ganar.

Un par de días antes, dieron a conocer una “consulta” realizada por ellos en la que afirmaron 80% de papás, mamás y tutores se oponían al regreso a las aulas. Dijeron que, donde controlen las escuelas, no habría clases presenciales. Como si los planteles fueran de su propiedad.

El problema es que la credibilidad no es su fuerte. Hay más confianza en instituciones como la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, por ejemplo. Esa Comisión preguntó a más de 37 mil menores su opinión. Las niñas y los niños deberían ser la voz más escuchada. ¿Qué dijeron? Siete de cada 10 quieren volver a clases presenciales tras 17 meses con escuelas cerradas. Lo de la CNTE es la negociación, no la educación. Son un grupo de presión.

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Los líderes de la CNTE están acostumbrados a hacer lo que quieren, cuando quieren y como quieren; a imponerse por la buena o la mala, a salirse con la suya. El Presidente se ha reunido con la CNTE más que con el SNTE. Sus integrantes han estado en Palacio Nacional sentados a la mesa una decena de veces. Pero ni así la CNTE cambia. Ni cambiará. Administrar sus caprichos resulta costoso y contraproducente.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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