MALOS MODOS

Un sexenio de esoterismo

El esoterismo, y la correspondiente fobia al pensamiento científico, bajan, nunca mejor dicho, de la punta de la pirámide

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La de nuevo el recordatorio: el sexenio empezó formalmente con una ceremonia en la Plaza de la Constitución que incluía limpia, música de caracolas, humos no sabemos si de copal o qué, harta corona de flor y mucha cerámica aztequizante. 

Una ceremonia que, con esa capacidad para rendir tributo a los dorados 70, esos años de esplendor que tan en el corazón de su corazón atesora nuestro Presidente, tenía un algo de viejo cine mexicano. 

Porque Bernardo Barranco y Roberto Blancarte, que saben de estas cosas como nadie, dicen en AMLO y la religión, que aquella fue una ceremonia New Age, y tienen razón. Pero, como todo en esta administración, ese New Age tiene una impronta muy 4T. 

Así que uno veía al Presidente súper serio mientras le aventaban vapores y le sacaban el polvo con ramas, y sentía que estaba viendo algo así como El enmascarado de plata y los chamanes asesinos o Chabelo y Pepito contra el nahual. Bueno, desde esa ceremonia, que marca el inicio de una época, no hemos parado: estamos en el sexenio del esoterismo. ¿Que viene el día del grito? Danzantes de los del Zócalo. 

¿Que los 200 años de la consumación de la Independencia? Moneda nueva con motivo de los 700 años de la “fundación lunar” de Tenochtitlán. ¿Qué sigue? El cielo es el límite. Échenle imaginación. Si Conacyt ya se dio vuelo con rollos sobre el quelite y el elote como muestras de la ciencia tradicional, ¿por qué no una investigación sobre los orígenes extraterrestres de la civilización maya, o, en alianza con el Insabi, una sobre el arte primigenio de operar con las manos, muy conveniente porque además permite ahorrar en insumos médicos? Claro que no todo tiene que estar marcado con el sello del prehispanismo ocultista. 

En mi opinión, la titular del Consejo podría volver a sus raíces, asumir plenamente su condición de Madame Blavatsky bolivariana y encargar una investigación sobre cómo los transgénicos son en realidad la estrategia de alguna sociedad secreta de empresarios satanistas para dominar al mundo. 

¿Que cómo transitar por el sexenio del esoterismo? Bueno, se vale casi todo: la resignación sonriente, el desconcierto terco, el enojo racional. Lo que tal vez deberíamos evitar, de nuevo, es el autoengaño. Nada de “El Presidente tiene que reconsiderar su apoyo a Gertz Manero, que no abona a los objetivos de la 4T”. Nada de “La persecución contra los científicos es contraria a los principios de la Transformación”. Nada de “López Obrador debe asumir que el nombramiento de Álvarez-Buylla no fue un acierto”. Amigues, aquí no hay errores: hay congruencia. Es congruente, en un sexenio así, que se persiga con esa furia a los 31 científicos acosados por la Fiscalía. El esoterismo, y la correspondiente fobia al pensamiento científico, bajan, nunca mejor dicho, de la punta de la pirámide.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 
@JULIOPATAN09

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