COLUMNA INVITADA

Con la OEA o sin la OEA ganaremos la pelea…

Con esa consigna popular miles de jóvenes latinoamericanos realizamos marchas en la Habana, en Santiago, en la propia Sierra Maestra, acompañando a Fidel Castro en 1959 y 1960

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Con esa consigna popular miles de jóvenes latinoamericanos realizamos marchas en la Habana, en Santiago, en la propia Sierra Maestra, acompañando a Fidel Castro en 1959 y 1960.

La Revolución Cubana había despertado una esperanza y una utopía que reflejaba la rebeldía romántica y antimperialista de América Latina; la controversia entre David y Goliat (que señaló el Diputado Emilio Sánchez Piedras en el Congreso Mexicano); la dicotomía entre Calibán y Ariel (que fundamentó el filósofo uruguayo José Enrique Rodó). Cuba se convirtió en un referente continental para crear una nueva sociedad.

Eisenhower cometió la torpeza de cancelar la cuota azucarera y Kennedy la de apoyar la invasión de Bahía de Cochinos. Por ello, Cuba tuvo que defender su Soberanía, aprovechando la geopolítica mundial y cambiando su sistema, hacia un Nuevo Soviet y convirtiéndose en un aliado de la Unión Soviética, que estuvo a punto de desembocar en una guerra mundial en la “crisis de los misiles”.

El mundo cambió, la Teoría Económica Leninista desapareció con la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética; inclusive se marginó la Teoría Keynesiana que se había propiciado en la Posguerra y, surgió desde Londres –bajo el mandato de Margaret Thatcher— el Neoliberalismo Económico que cobró carta de naturalización con la “Escuela de Chicago” presidida por Milton Friedman.

La reciente visita del Presidente Cubano no afecta las relaciones de México, lo único que hizo fue continuar con la gallarda política internacional que iniciara el Presidente Adolfo López Mateos, cuando Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA). En realidad, las relaciones con Estados Unidos no fueron afectadas por la reunión cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), salvo el mensaje que dirigió el Presidente Xi Jinping de China, que podría preocupar al Imperio.

La discusión interna entre los Presidentes de Paraguay y de Uruguay, frente a los de Venezuela y Cuba, fueron una expresión que demuestra que aún los más encarnecidos enemigos se pueden sentar en la misma mesa.

Naturalmente, para efectos internos de México, creció nuevamente la figura del canciller Marcelo Ebrard y su posibilidad de ser candidato del partido Morena.

Fueron más “el ruido que las nueces”, ya que la propuesta mexicana, por cierto, difícil de realizar, fue que América Latina constituyera una especie de Comunidad Europea; justamente la quintaesencia del Neoliberalismo, que tiene su mayor expresión a favor del mercado en la política de los Tratados Comerciales.

En resumen, el fondo económico de la reunión se acerca más a Friedman que a Marx.

Con la OEA o sin la OEA ganaremos la pelea…, esa es la lección en política americana, que debemos escuchar. El injusto embargo sobre Cuba debe acabarse por razones humanitarias.

A pesar de los dichos presidenciales, el éxito del Neoliberalismo sigue rampante, en perjuicio de las grandes masas populares, que siguen en la pobreza y la desigualdad.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)

MAAZ