A FUEGO LENTO

Repúblicas bananeras

Incongruencias, lujos y omisiones, ecos de la Cumbre de la Celac en México

OPINIÓN

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Alfredo González / A Fuego Lento / El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

A la luz de los acontecimientos, la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) dejó ver de qué están hechos los mandatarios de la región.

Algunos brillaron por sus acciones y discursos (como el uruguayo Luis Lacalle), pero otros por sus omisiones, incongruencias y hasta sus modos. 

No sólo eso, al anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, le falló el timing. Mientras sus invitados caminaban entre cientos de rosas rojas y blancas, que adornaban Palacio Nacional, cientos de migrantes haitianos cruzaban exhaustos el río Bravo para pedir asilo a Estados Unidos.

Una cadena humana, conformada por mujeres, hombres y niños, con el agua arriba de las rodillas, daban vida a una imagen que dio la vuelta al mundo, mientras los Presidentes de países con grandes flujos migratorios no los veían ni escuchaban. El tema quedó excluido de la agenda, pese a que Centro, Sudamérica y el Caribe sufren migración constante por falta de oportunidades.

Pocos o nadie lo reconoce, como el venezolano Nicolás Maduro, quien no sólo se llenó la boca de demagogia, sino que se comportó como un jeque, convirtiéndose en el vivo ejemplo de la incongruencia. 

Al evento acudió con dos vistosos anillos: uno con una esmeralda, que le regaló un amigo en Azerbaiyán, y otro de oro, según dijo.

Como era de esperarse, él, junto con el Presidente de Cuba, eran los que más reflectores iban a llamar.

El cubano Miguel Díaz-Canel dio de qué hablar desde que puso un pie en México. Y gran parte de las críticas se las llevó AMLO por invitarlo a las fiestas patrias, más que por su tendencia política, por la realidad de miseria y abuso en Cuba.

Basta un botón de muestra para ilustrar sus incongruencias. Durante la estancia de Díaz-Canel en México, su esposa usó una bolsa de famosa marca que supera los 200 mil pesos.

Pero la lista de gazapos es interminable entre mandatarios que se reunieron a comer, platicar y tomar café para intentar arreglar sus crudas realidades, aunque la mayoría de ellos se comporta como en la época de la colonia.

A la cumbre asistieron representantes de 30 países y sólo hubo tres mujeres: Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal; Kamina Johnson-Smith, ministra de Relaciones Exteriores de Jamaica, y Erika Mouynes, canciller de Panamá, quien hizo notar la falta de equidad en la Cumbre.

Y ni qué decir de los principales acuerdos: crear una agencia regional espacial. Quieren conquistar el espacio cuando en sus países hay cientos o quizás miles de comunidades que no tienen caminos ni agua potable para beber.

Lo único que dejan ver, en algunos casos, es a un puñado de aspirantes a dictadores.  Se comportan como representantes de repúblicas bananeras que colocan un poste de luz y a eso le quieren llamar desarrollo.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Un dictador no es más que un rey sin corona, pero que la anda buscando para sostenerse en el trono”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ

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