Inicia septiembre, mes patrio; y con él, dio inicio también la segunda legislatura del Congreso de la Ciudad de México: una legislatura con caras nuevas, y algunas otras, con varios años de experiencia legislativa.
Una legislatura, que cambia el terreno político en la capital del país, y posiciona con mayor presencia a una oposición seria y fuerte, abanderada por el Partido Acción Nacional, en la máxima tribuna de la Ciudad de México.
Ante este nuevo escenario, nos corresponde a los Diputados de esta nueva legislatura, llegar a acuerdos en pro de las vecinas y vecinos que decidieron libre y democráticamente darnos su voto el pasado 6 de junio, en lugar de dedicarnos a protagonizar confrontaciones o disputas. No podemos, a diferencia de la primera legislatura, dejar más de 2 mil 633 iniciativas pendientes; o dejar de lado mandatos constitucionales que siguen pendientes, como la creación del Instituto de Emprendedores, o el derecho al mínimo vital.
Por citar algunos otros ejemplos, quedaron pendientes iniciativas que contemplaban reformas al Código Penal y a la Ley de Cultura Cívica; la Comisión de Administración Pública dejó 94 pendientes sin dictaminar, entre ellos la Ley de Contratación Pública, y la Ley de Establecimientos Mercantiles.
Otro pendiente es la Ley de Trabajadores no Asalariados, que regulaba el comercio en la vía pública. Como se advierte, la primera legislatura dejó pendientes sobre los cuales los Diputados de esta nueva legislatura, no debemos de quitar el dedo del renglón.
POR RICARDO RUBIO TORRES
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