DESDE AFUERA

México-EEUU: ¿disensos?

La demanda contra productoras de armas y el pronunciamiento contra el bloqueo a Cuba son temas de política doméstica

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Más allá de lo que se busque, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador entró en terrenos que bordean o son de plano temas de la política doméstica estadounidense.

La demanda recién presentada por la falta de controles de las empresas productoras de armas de fuego, como los pronunciamientos en torno al embargo económico contra Cuba tienen efectos internacionales pero, al mismo tiempo, son tan domésticos en Estados Unidos como la política energética en México.

Al margen de los términos de la demanda sobre las responsabilidades en el tráfico de armas, el tema entra a querer o no en la sempiterna polémica ideológico-política estadounidense sobre el control de ese comercio, que sólo el año pasado superó los nueve mil millones de dólares.

Y las posiciones de partidarios y opositores se encuentran tan polarizadas como republicanos y demócratas, que llevan décadas en un encarnizado debate sobre la necesidad o no de mayores controles para el comercio y posesión de armas de fuego.

Estados Unidos es un país casi único en el mundo en ese sentido y el actual presidente Joe Biden planteó en su campaña electoral la importancia de imponer controles por lo menos a armas consideradas de asalto.

En ese marco, ¿extrañaría la posibilidad de que la demanda fuera usada como argumento de un lado o de otro?

Lo cierto es que la actitud estadounidense respecto a las armas es incomprensible y que tiene un impacto negativo sobre otros, especialmente México. La idea de la demanda judicial es buena, aunque hace al gobierno mexicano parte de un proceso judicial estadounidense y la posibilidad de politización es alta.  

De la misma manera, el presidente López Obrador tiene razón en considerar que el embargo económico contra Cuba es un anacronismo y una barbaridad, pero está determinado por necesidades de política doméstica: los cubano-estadounidenses, mayormente anticomunistas, pero más fervientemente anticastristas, se concentran en Florida, uno de los estados más importantes en las elecciones presidenciales.

El voto de los cubano-estadounidenses y otros grupos de exiliados derechistas latinoamericanos, igualmente radicados en Florida, influyó para que ese estado votara por el republicano Donald Trump y tiene que ver con el compromiso del presidente Biden respecto al "empoderamiento" del pueblo cubano, luego de las sorpresivas manifestaciones del 11 de julio en la isla.

En ese marco, es probable que sectores estadounidenses favorables a suavizar el embargo apoyen la posición humanitaria del gobierno mexicano, pero los adversarios, empotrados sobre todo entre los republicanos, reiteren su animadversión al gobierno mexicano.

Y la realidad es que ambas preocupaciones subrayan la integración de los dos países.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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