LÍNEA DIRECTA

Los fantasmas

Por supuesto que esto reforzará la línea de descalificación de la oposición como ente legitimo, y será el argumento de sostén para seguir desmantelando las instituciones autónomas creadas por la democracia mexicana

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Los líderes autoritarios acostumbran a crear enemigos imaginarios del pasado y del presente con el objetivo de mantener ocupada a la población en la búsqueda permanente de los culpables a los problemas de hoy. Esa insistencia en revivir el pasado en el presente,es un instrumento indispensable para evitar asumir responsabilidad por los fracasos actuales. Si el gobierno autoritario hace bien las cosas, entonces se olvida por un rato del pasado para festejar sus éxitos del ahora.

         Por eso la insistencia en promover la Consulta del  domingo por parte de López Obrador. Ante los magros resultados electorales de junio según su propia interpretación  de los comicios, la Consulta se presentó como esa necesidad de revivir a los fantasmas del neoliberalismo. A esto hay que añadirle el repunte de la pandemia y el criminal manejo de la misma por parte del sector salud. Y como toque final, una parálisis económica que amenaza con agravarse como consecuencia de un choque frontal con los Estados Unidos.

         Por eso es que que es indispensable traer del más allá alos fantasmas de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto. No para llevarlos a un juicio si existieran evidencias concretas de violaciones a la ley, o para investigar sobre hechos del pasado, sino con el objetivo de mantener viva la narrativa de los personajes destructivos en la historia reciente de nuestro país.

         Así, mientras no exista un dato duro que la 4T pueda presumir como logro de su administración, las acusaciones a los odiados fantasmas circularán día tras día en el discurso matutino del presidente. Por supuesto que esto reforzará la línea de descalificación de la oposición como ente legitimo, y será el argumento de sostén para seguir desmantelando las instituciones autónomas creadas por la democracia mexicana.

         Citando al pensador liberal argentinoJuan Bautista Alberdi: “es un déspota todo aquel que cree que ser opositor al gobierno es ser traidor a la patria”. Esa necedad de reescribir la historia para darles vida a los mitos nacionales que como fantasmas reaparecen una y otra vez en el discurso presidencial tiene un objetivodefinido: Revivir la historia oficial de héroes y villanos para obligar a los ciudadanos a ubicarse de uno u otro lado del muro que los divide.

         Estamos caminando en sentido contrario en la ruta hacia una modernidad plural e incluyente. No es que los gobernantes de las últimas tres décadas  lo hubiesen hecho de manera intachable, pero la rectificación que se plantea sacando fantasmas de las tumbas y otorgándoles premios y castigos sin racionalidad alguna, nos llevan indefectiblemente al fracaso.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

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