TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

El futuro global de las obras

El Foro Económico Mundial se reunió para entender qué aportaciones pudieran realizar para promover el desarrollo de una amplia gama de activos en infraestructura sustentable

OPINIÓN

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Oscar Solís Yépez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El poder con que la infraestructura afecta a las economías y a las sociedades es enorme. Afianza la vida comercial, proporciona servicios sociales vitales y promueve la interacción humana alrededor del mundo y con nuestros vecinos.

Con un cambio de mentalidad radical, los tomadores de decisiones y expertos buscan ir más allá de la interacción global hacia la transformación del orbe. Los líderes tanto en el sector público como privado se han vuelto más conscientes de la importancia de construir un planeta más sustentable económica, social y ambientalmente. Sin embargo, esto no es posible sin la correspondiente infraestructura sustentable.

Con esto en mente, el Foro Económico Mundial, en su Consejo Global del Futuro de la infraestructura se reunió en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, en noviembre de 2019 para entender qué aportaciones pudieran realizar para promover el desarrollo de una amplia gama de activos en infraestructura sustentable, atrayendo mayor inversión de capital privado.

El Consejo, aprovechando las diversas experiencias de sus miembros, decidió que la mejor manera de hacerlo sería a través de la construcción de una visión general sobre qué era una infraestructura sustentable y, posteriormente, explorar marcos de referencia y ejemplos que pudieran transformar dicha visión en realidad.

Como resultado se obtuvieron las Seis Cualidades Sustentable del Consejo Global del Futuro de la Infraestructura (GFC-6, por sus siglas en inglés).

A través de una rigurosa investigación y exploración, el Consejo creó los GFC-6 tomando en consideración múltiples aspectos de sustentabilidad, incluyendo componentes económicos, sociales, ambientales y tecnológicos.

Entre las investigaciones llevadas a cabo se identificaron dos fuentes clave de información: la primera de ellas fue la guía de principios de las Naciones Unidas sobre Personas–Primeras Asociaciones Público-Privadas en Apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sustentable; en segundo lugar, el Marco de Referencia del Banco Interamericano de Desarrollo para guiar la sustentabilidad a lo largo del ciclo de vida del proyecto.

El modelo de las Naciones Unidas se enfoca a que las Asociaciones Público-Privadas deben crearse para “adecuarse al propósito” y orientadas a cubrir las necesidades de “primero las personas”.

Este modelo estipula cinco resultados deseables, los cuales pueden aplicarse a los proyectos de infraestructura: acceso, resiliencia, eficacia, replicabilidad y compromiso.

Por otra parte, el modelo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se refiere a la infraestructura sostenible como aquella que es planeada, diseñada, construida, operada y desmantelada de tal forma que asegure una sustentabilidad económica y financiera, social, ambiental (incluyendo resiliencia climática) e institucional durante todo el ciclo de vida del proyecto. Esto se divide en cuatro dimensiones: sustentabilidad económica y financiera, sustentabilidad ambiental y resiliencia climática, sustentabilidad social y sustentabilidad institucional.

Empleando ambos estándares como guía, el Consejo consolidó una visión con la cual la infraestructura sustentable del futuro debería cumplir: un conjunto de seis cualidades que apuntalan la infraestructura sostenible, cohesiva, resiliente e inclusiva: acceso y distribución de beneficios, resiliencia ambiental y climática, compromiso social y aceptabilidad, eficacia económica e institucional, protección a futuro durante el ciclo de vida y potencial de masa crítica a través de la replicabilidad.

Este modelo es sólo el principio para cambiar la forma en que a nivel mundial se concibe hoy en día a los proyectos de infraestructura, donde ahora deben contemplarse como un sistema integral y no como proyectos aislados e ineficientes, que lejos de ayudar al crecimiento y desarrollo del país se incurre en un mal empleo de los recursos económicos. La planeación basada en las verdaderas necesidades de las personas y las regiones, el apoyo de tecnología durante todo el ciclo de vida, la participación activa de la sociedad civil y la conciencia para la conservación de los recursos naturales y el uso eficiente de energía sin duda son aspectos que tanto los gobiernos como los inversionistas privados deben definitivamente tomar en cuenta si es que realmente es de nuestro interés el bienestar del mundo y de la humanidad.

Por Oscar Solís Yépez
Secretario de la CNEC
@CNEC_MEXICO

dza