MALOS MODOS

Los caminos de la vida

Sales de tu casa, y no es taaaan improbable que te toque o una explosión, o una intoxicación, o una intoxicación seguida de una explosión, cualquiera de ellas por cortesía de Gas Bienestar

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Sales de tu casa, y no es taaaan improbable que te toque o una explosión, o una intoxicación, o una intoxicación seguida de una explosión, cualquiera de ellas por cortesía de Gas Bienestar. En cualquier caso, el riesgo es grande porque, si quedas herido, te puede pasar o que no encuentres lugar en un hospital público, porque están saturados con la tercera ola de covid, y te mueras; o que sí encuentres lugar en hospital público y te mueras porque no hay ni medicamentos, ni jeringas, ni tanques de oxígeno; o que por milagro encuentres un hospital público que sí tiene todas esas cosas pero de todas formas te mueras porque, primero, al licenciado Bartlett se le produce un apagón, y, enseguida, al hospital le recortaron la lana para el mantenimiento de la planta de emergencia.

Desde luego, puede que no te pase nada de eso porque al Gas Bienestar le pasó lo que a los medicamentos, las pipas y tantas vacunas: que no llegó. Pero mejor no bajar la guardia. Porque una de esas te subes al metro y ¡pum!: se cae. O no. Pasa que toda la línea que usas habitualmente está o inundada o con un incendio, te subes a una combi, la asaltan y te toca una bala.

También te puede ocurrir que decides caminar en vez de usar el transporte público y, cuando atraviesas la Condesa rumbo a la oficina, te topas con López-Gatell, que no lleva cubrebocas, estornuda y te contagia el covid. Entonces puedes enfrentar varios escenarios. Uno es que, de nuevo, no haya camas de hospital, o no con ventilador. Bye. Otro es que no te pongas tan grave y el gobierno de la CDMX te dé un tratamiento de Ivermectina, que no acepta ningún doctor razonable pero sí recomiendan muchísimo algunos politólogos, y chao.

No hace falta decir que el riesgo crece si vives en la costa, porque como te agarre un huracán, uy: no hay Fonden. O igual no te toca huracán pero te explota una plataforma petrolera, algo que últimamente sucede más o menos cada 15 días.

O no. Igual y sorteas todos estos peligros y, sin embargo, por chamba, usas mucho el aeropuerto y te toca vuelo en la —llamémosla provisionalmente así— Chairolínea del Bienestar, que probablemente tenga como pilotos a cubanos entrenados en la URSS y carezca de combustible por la plataforma que explotó el domingo. Los malintencionados dirían que si alguien usa un avión de la Chairolínea, es que de plano merece que se le aplique la selección natural. Pero es que, como sabrán, desde que la 4T llegó a bendecirnos, el aeropuerto se ha vuelto de alto riesgo de accidente, sin importar la aerolínea.

Sí, la existencia es particularmente frágil e incierta bajo este régimen. A eso se debe referir el presidente con lo de “Los caminos de la vida”. La 4T: bañarte en gasolina y cruzar un campo minado con zapatos ortopédicos, mientras el capitán te dice que seas optimista.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 
@JULIOPATAN09

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