COLUMNA INVITADA

En revocación de mandato, oposición ¿ingenua o entreguista?

Los mecanismos de participación ciudadana no son por sí mismos positivos si se usan de manera ilegítima.

OPINIÓN

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Miguel Ángel Romero Ramírez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

En medio de una recesión democrática global en donde el populismo cobra relevancia ante la ineficacia de los Estados por satisfacer las necesidades de los ciudadanos, se inscriben los mecanismos de participación ciudadana como una de las varias alternativas para intentar no perder el rumbo.

Sin embargo, la pasada consulta popular demostró, lamentablemente, que dichas figuras de democracia directa moderna pueden verse distorsionadas por los actores políticos que, paradójicamente, las diseñaron para despresurizar la desconfianza y enojo ciudadano que pesa sobre ellos.

Es decir, por su mala reputación y el poco o nulo vínculo que tienen con quienes los eligieron, estos mecanismos como son los plebiscitos, consultas y revocación de mandato, suelen fungir como un paliativo y como una estrategia orientada a consolidar la cultura democrática entre la sociedad.

En el caso específico de México, estamos frente a una depreciación de los instrumentos que de manera histórica se consolidaron recientemente en la constitución ya que, todo indica, el fin último de éstos será un pequeño adorno en la narrativa gubernamental.

La intentona no es menor y abreva del manual básico del populismo como forma de gobierno que tiene como uno de sus ejes generar la sensación permanente de competencia, basada en todo momento en la polarización y en la radicalización.

Para quien comanda estos esfuerzos, el mejor escenario es que sus gobernados, es decir, “el pueblo”, metido en una dinámica revanchista permanente, olvide los principios básicos del Estado que es solventar sus demandas. Un distractor imperdible y de gran valía en tiempos de déficit de gobernabilidad y en donde a las exigencias del pasado irresueltas se le acumulan las actuales.

Ante este panorama, la oposición en el país, que tuvo como único logro no desaparecer por completo en las elecciones intermedias, debe definir su postura frente a una revocación de mandato ilegítima por su fin último pero legal en términos procedimentales.

En medio de la calentura, los primeros indicios revelan que están por caer en la trampa. ¿Serán tan ingenuos que intentarán “organizarse” para sacar a un Presidente que constitucionalmente fue elegido hasta el 2024? o ¿Entregarán al régimen populista el bidón de gasolina polarizante necesario para quemar la pradera y sobre eso dejar que construyan el 2024?. Ojalá reflexionen. Sí a los mecanismos de democracia directa moderna. No a la forma vulgar de usarlos.

POR MIGUEL ÁNGUEL ROMERO RAMÍREZ
ANALISTA Y CONSULTOR POLÍTICO 
@MRomero_z

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