Las grillas se han desatado entre los de Morena. Lo reconocen entre ellos mismos. Y se puso peor desde que López Obrador dio el banderazo a la sucesión anticipada.
El propio Presidente recibe quejas de unos y otros:
-El coordinador de los senadores morenos, Ricardo Monreal, acusando que hay “muchas manos” metidas en los asuntos del Congreso y le complican la operación.
—La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, resintiendo diferencias con la titular de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y reclamando las intervenciones del consejero jurídico, Julio Scherer, en el Legislativo y el Judicial.
—El canciller Marcelo Ebrard confrontado duramente con el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell por el manejo de las vacunas; y este último, a su vez, a golpe limpio –de ida y vuelta– con la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
—La secretaria de Energía, Rocío Nahle, en abierto pleito con Octavio Romero, director de Pemex.
—El fiscal financiero, Santiago Nieto, evidenciando un día sí y otro también al fiscal general, Gertz Manero; y ni qué decir de cómo se le ha ido a la yugular al ¿depuesto? presidente del Tribunal Electoral, José Luis Vargas.
—Mario Delgado, presidente de Morena, jugando a varias bandas en la Ciudad de México, revolviéndole las aguas a Martí Batres y viéndose ya como próximo jefe de Gobierno de la CDMX.
Pequeñas muestras de lo que ocurre en la cúpula del equipo presidencial. Pero lo cierto es que en cuadros intermedios de estas y otras dependencias –como Hacienda, Economía, Trabajo, Agricultura, Medio Ambiente– los golpes entre unos y otros están a la orden del día.
AMLO lo reconoce: Sucede que “a veces hay diferencias” en el gobierno actual, “son criterios distintos”; sin embargo, no le ve mayor problema (al menos públicamente): “Lo bueno es que cuando hay un asunto delicado se cierran filas”, dice.
Hasta ahora la situación podrá parecer bajo control, comentan algunos de los colaboradores del Presidente, pero a como se están calentando las cosas al interior del equipo –incluso entre los más cercanos al tabasqueño– sostienen que fue “un error” arrancar la sucesión con tanta anticipación.
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AHORA DECLINA REYES. La vía para recomponer la crisis por la que atraviesa el Tribunal Electoral requirió la renuncia del magistrado Reyes Rodríguez a presidir el organismo.
Janine Otálora se perfilaba ayer como presidenta interina, en tanto se llama a un proceso electivo próximamente.
Tal fue el resultado de la primera negociación con Arturo Zaldívar: ni Vargas, ni Rodríguez.
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GEMAS: Obsequio del gobernador de Chihuahua, Javier Corral: “Cuando se da un viraje, un cambio, una manera diferente de hacer política, uno suele enfrentarse a tres oligarquías que se unen, se atenazan: la económica, la política y la mediática”.
POR MARTHA ANAYA
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dza