Uno de los eventos centrales en la historia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) fue la incorporación de China entre sus filas en el año 2001. Se añadía a un país que había abandonado el sistema centralmente planificado para abrazar las oportunidades del mercado, buscando sujetarlo a las reglas del comercio mundial a cambio de darle acceso a los mercados mundiales de manera no discriminatoria.
México junto con muchos otros países condicionaron el ingreso de China a que fuera considerada una economía no de mercado, para facilitar la aplicación de medidas compensatorias y antidumping, caso requerido, por tener un sistema económico con un extenso arsenal de prácticas desleales.
A partir de su incorporación a la OMC, China se convirtió en el principal actor del comercio global. El mundo en general se siente agraviado por el incumplimiento de China con sus compromisos otorgando subsidios prohibidos, cometiendo dumping y violando derechos de propiedad intelectual, entre otros. China ha impulsado sus exportaciones a menudo de manera ilegítima generando importantes superávits comerciales, utilizando mano de obra explotada y subvaluando su tipo de cambio. Las ofensas que manifestaba Trump venían del pasado y muchas siguen presentes.
Hacia el futuro, es muy difícil que se concrete una nueva ronda multilateral de negociaciones después del fracaso de la Ronda Doha, en buena parte debido a la inamovible regla del consenso (es decir, nadie en contra). Lo factible es avanzar en acuerdos sectoriales y plurilaterales, donde no participen todos los miembros. En el mundo post neoliberal, será indispensable una OMC incluyente y sustentable, por lo que contener obligaciones laborales y ambientales será una condición necesaria para muchos países, pero que levantará sospechas entre países recelosos del proteccionismo.
Un camino para seguir en la OMC en lo laboral y ambiental podría ser obligar a que los miembros cumplan sus propias leyes en dichas materias, sujeto a la aplicación de sanciones. Además, se podrá avanzar realizando acuerdos en nuevas materias incluidas en el TIPAT o en el TMEC como el comercio electrónico, las pymes y la lucha anticorrupción, que tratadas con cuidado podrían trasladarse a la OMC bajo nuevas modalidades.
La solución de los desacuerdos con China debe pasar por el uso efectivo del Órgano de Solución de Diferencias de la OMC incluyendo su Órgano de Apelación, que permite retirar concesiones por incumplimiento. Es indispensable para EU, China y demás miembros restablecerlo y mejorarlo, pues sin ello la OMC pierde uno de sus principales pilares que evita que los conflictos escalen fuera de la Ley. Para EU es esencial actuar dentro de la OMC, inclusive buscando aliados, en vez de actuar de manera prepotente y unilateral como lo hizo Donald Trump.
POR GERARDO TRASLOSHEROS
JENKINS GRADUATE SCHOOL Y PECC MÉXICO
@GTRASLOSHEROS
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