Columna Invitada

Una golondrina no hace verano

Una vez más, Pemex va a necesitar refinanciar deuda y el gobierno federal tendrá que reducir su carga fiscal o transferirle recursos

Una golondrina no hace verano
Jorge Andrés Castañeda / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El precio internacional del petróleo se recuperó. Ayer, el precio internacional alcanzó 70 dólares por barril, su mayor nivel desde 2014. Aunque esto es sin duda una buena noticia para Pemex, una golondrina no hace verano.

Al cierre del primer trimestre, Pemex reportó que debía 12.7 mil millones de dólares (mmdd) a sus proveedores y obligaciones de deuda por 17 mmdd este año y tenía en caja 2 mmdd más 10.6 mil millones por cobrar a sus clientes. Es decir, que para cubrir sus operaciones necesitaría generar 17 mmdd. Incluso con los precios actuales, de acuerdo con REED Intelligence, las proyecciones actuales son que Pemex tendrá un flujo negativo de entre 6 mil y 7 mil millones de dólares. Una vez más, Pemex va a necesitar refinanciar deuda y el gobierno federal tendrá que reducir su carga fiscal o transferirle recursos.

A mediano plazo, las perspectivas dependerán de la producción de petróleo crudo. Las cifras agregadas muestran una estabilización de la plataforma petrolera pero no cuentan la historia completa. La producción en Ku-Maloob-Zaap, nuestro yacimiento más grande y que vimos en fuego la semana pasada, está cayendo de forma acelerada. En enero del 2018 producía 829 mil barriles de petróleo diarios, en mayo de este año fueron 621 mil barriles, una caída de 25%. Si la producción agregada se ha estabilizado, es gracias al crecimiento de campos “marginales” como Ayatzin o Ek Balam y la recuperación de Xanab que había sido invadido por agua. Estos son buenos activos, pero nunca van a poder suplir los mega yacimientos como KMZ, aparte de tener costos de producción mucho más altos.

Si las noticias en exploración y producción no son las mejores, en refinación son mucho más preocupantes. Las refinerías en México tienen un menor margen de refinación -la diferencia entre el valor de lo que entra a la refinería y lo que sale- que las refinerías similares en Estados Unidos y sus costos operativos por barril procesado son casi tres veces más grandes. Solo en el primer trimestre del año, Pemex Transformación Industrial tuvo una pérdida de operación de 32 mil millones de pesos. Cada barril adicional que Pemex procesa lo hace perder más dinero, y como la instrucción del presidente es refinar más y más, pues Pemex perderá más y más.

A mediano plazo la perspectiva de Pemex no es positiva. Pero todos sabemos que el gobierno mexicano terminará respondiendo por la petrolera. Esta situación ha creado uno de los arbitrajes financieros más atractivos del mundo. Como la deuda de Pemex está garantizada por el gobierno, tiene el mismo riesgo y debería de tener el mismo costo. Sin embargo, a la petrolera le cuesta financiarse alrededor de 300 puntos base más que al Estado mexicano. Un inversionista puede ganar 3% más sin tener mayor riesgo. Si ya el Estado mexicano garantiza esta deuda, ¿por qué no simplemente la asume de una vez y la paga a una tasa mucho más barata? La respuesta puede tener que ver con el castigo de los inversionistas globales a las empresas contaminantes o que logran prenderle fuego al mar.

JORGE A. CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAS

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