Sin una explicación suficiente sobre el rol que sus hermanos desempeñaron en la construcción de sus proyectos políticos, el presidente Andrés Manuel López Obrador suma al menos dos episodios que vulneran su alegato de honestidad y moralidad en la vida pública.
Los videos difundidos por el portal Latinus, a cargo de Carlos Loret de Mola –los primeros la tercera semana de agosto de 2020, el segundo el pasado jueves— tan pusieron al mandatario en un aprieto que solo pudo ofrecer como apología referencias a la cuantía y, en el último caso, una explicación borrosa como lo es un trato personal entre su hermano Jesús Martín y David León Romero, otrora figura fresca de la administración que en su vertiginoso paso por la autonombrada “Cuarta Transformación” es el causante de las dos crisis.
Te podría interesar
El asunto del efectivo en mano deja abierta la duda sobre origen y destino; condiciones de entrega y, naturalmente, sobre el juego en el que David León es figura central, en tanto facilitador de sendos sobres amarillos.
Y también por la grabación de esas entregas. Sencillamente, no ha querido responder, excepto por breves mensajes en Twitter. Las razones por las que decidió grabar los encuentros con los hermanos Pío y Martín Jesús López Obrador son desconocidas, lo mismo que el destinatario final de los videos que, por su proximidad de antaño con Manuel Velasco Coello, entonces gobernador de Chiapas hoy líder de la bancada Verde en el Senado, lo han convertido en personaje bajo sospecha muy a pesar de la persistencia con la que niega relación con los episodios.
En general, las relaciones y actuación de David León son poco conocidas. Se sabe que mantuvo un buen trato con la prensa desde su paso por la vocería del Verde en el Senado y aun como consultor de Velasco Coello a partir de 2012. Luego, su proximidad al entorno lopezobradorista no sería destacada sino hasta 2018, cuando ya presidente electo, López Obrador lo
incluyó como responsable de logística para la “gira de agradecimiento”.
Esa incorporación al “equipo” fue por mediación de César Yáñez, otrora vocero y brazo derecho de López Obrador, cuya estrella dejó de brillar cuando precisamente en el período de transición se casó y su boda a todo lujo fue publicada por la revista Hola! en contraste con la promesa de austeridad.
Hasta donde se sabe la boda fue pagada por la familia de Dulce Silva, un clan empresarial de importancia en Puebla y Tlaxcala. La misma Dulce -- hoy diputada electa-- ha tenido relación de negocios con el diseñador Benito Santos, y fue ella quien habría autorizado a este la presencia de un fotógrafo para documentar el vestuario de la pareja.
Al parecer, Benito Santos envió las imágenes, ricamente impresas en papel algodón, a la oficina de Yáñez en la casa de transición en la colonia Roma. Pero Yáñez estaba de luna de miel y el único que tenía acceso al espacio era David León. Fueron esas las imágenes que aparecieron en la revista del corazón.
La cercanía de César Yáñez con López Obrador acabó. Congelado, vio ascender a su recomendado, David León, aunque de manera fugaz pues después de destacar como una versión lopezgatteliana de la Protección Civil (hábil manejo discursivo, trato afable e imagen profesional), dejó el gobierno en el que estaba anunciado para encabezar la creación de una importante paraestatal de distribución de medicinas, no sin antes recibir la tanda pública de elogio presidencial como “uno de los mejores funcionarios del gobierno”.
Infiltración y perversidad, o bien, inmadurez e ingenuidad política, David León es responsable de echarse al plato a dos hermanos y al hombre de confianza de López Obrador durante 18 años… muchas dudas sobre sus actuaciones sin despejar.
POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
COLABORADOR HERALDO RADIO
@ARTURO_RDGZ
MAAZ