COLUMNA INVITADA

Responsabilidad ciudadana

Ojalá, no tuviéramos que elegir hoy entre el menos malo de los candidatos...

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ojalá, no tuviéramos que elegir hoy entre el menos malo de los candidatos...

Ojalá, un día tengamos una élite política que deje de pensar en ellos mismos y en sus bolsillos, y anteponga en el interés general...

Hoy, saldremos a elegir a nuestros representantes populares, al proyecto que deberá ser fortalecido rumbo al 2024 y a definir el tipo de poder que queremos. Me refiero a la definición que haremos como residentes de la soberanía y exigentes de la división de poderes. Hablo de la combinación entre democracia y representación política, bajo un marco de normas y principios para evitar el abuso del poder, la Constitución.

Por un lado se nos ofrece un hyperpresidencialismo -la continuidad del proyecto de Andrés Manuel López Obrador-, en el que la profunda ignorancia, la superficialidad de la palabra, acusaciones, una bajísima calidad de discurso, funcionarios incompetentes, corrupción por todos lados, y una ceguera de su partido, que rebasa por mucho a todos los demás juntos. Es mínimo decir que el 99% de sus candidatos son analfabetas políticos, y que simplemente son ignorantes de cualquier tema o problema nacional, que se traduce en el nulo entendimiento de lo que sucede en el mundo.

Por otro lado se nos ofrece regresar a un pasado en el que la élite reparte por goteo la riqueza nacional, para ellos quedarse con la rebanada más grande del pastel a eso le llaman pluralidad y defensa de la democracia mexicana, e invitan a sentar a la mesa a políticos de todo el país para permitirles o delegarles parte de esa corrupción. Esos que han estado en la escena política cuándo menos los últimos 20 años, sin saciar todavía su ambición. Aunque también, es cierto que ofrecen mayor institucionalidad y mecanismos de control que mitigan el reclamo.

Ninguno de los dos modelos atentan contra la democracia, menos contra la representativa. Es decir, su objetivo no es destruirla para transitar a una monarquía, dictadura o parlamentarismo. Los dos son matices del propio sistema, unos más exacerbados que otros. Sin embargo, lo que ninguno de los dos bloques ofrecen a los ciudadanos es una propuesta de país y un modelo distinto de ejercer el poder, para por fin alcanzar esa tan demandada igualdad y equidad, que pueda llevarnos como sociedad a un estadio más avanzado.

En un país tan rico y plural como México, es una vergüenza tener que elegir entre dos proyectos y que ninguno pueda satisfacer las aspiraciones de los mexicanos, y estar a la altura para atender el medio ambiente, la seguridad nacional, la representación del país ante el mundo y nuestro vecino del norte, para comprender la economía mundial y trazar verdaderos proyectos de reactivación económica, o cuando menos para debatir estos temas con seriedad y altura de miras hacia el interior.

Porque ni eso pudieron lograr en esta campaña. Sólo discutimos sobre los personajes, sus complejos y sus negocios, en lugar de centrar el debate en el país. Ningún tema estuvo en la mesa, o ¿Alguno de ustedes queridos lectores, recuerda una sola propuesta?

La respuesta es no. Desafortunadamente tendremos que elegir al menos peor y sufrir las consecuencias de ello.

Sin embargo, aunque este sea por el momento el escenario, hay que salir a votar, por responsabilidad y sobretodo para exigir un proyecto de verdad, en lugar de los malos chistes que hoy nos presentan. Qué en nosotros, en la ciudadanía, quede testimonio del cumplimiento de las obligaciones cívicas y morales.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ

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