COLUMNA INVITADA

Dos estrategias y sus resultados

Los estragos sobre millones de mexicanos han sido devastadores. Tomamos el camino incorrecto

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A inicios de la pandemia, mientras esta empezaba a causar estragos en las economías del mundo, muchos argumentamos que era el momento para que el Estado mexicano lanzara un programa de rescate que mitigara los efectos de esta y permitiera a millones de mexicanos quedarse en casa sin perder sus ingresos. El gobierno mexicano decidió, contrario a las recomendaciones de especialistas de todo el espectro ideológico y a contracorriente de prácticamente todos los países del mundo, no implementar ningún programa de transferencias económicas extraordinario por la pandemia. Decidió, para no endeudarse, mantener sus programas sociales e implementar un programa minúsculo de microcréditos. Hoy podemos empezar a evaluar los resultados de las dos estrategias.

Este mes, la oficina del Censo de Estados Unidos publicó un estudio que mide los efectos que tuvieron los apoyos económicos del gobierno de Estados Unidos en la crisis del COVID. El estudio muestra como los apoyos a los hogares enviados en diciembre del 2020 y el American Rescue Plan Act (ARPA) de marzo de 2021 contribuyeron de forma significativa a reducir las privaciones económicas en los hogares estadounidenses. De acuerdo con este estudio, de diciembre 2020 a abril del 2021, la insuficiencia alimentaria cayó 40%, la inestabilidad financiera 45%, y los síntomas adversos de salud mental reportado 20%. Estos programas de transferencias tuvieron un impacto mucho mayor en los hogares más pobres, aunque los efectos son estadísticamente significativos en prácticamente toda la distribución de ingreso.

Estos resultados muestran como la intervención gubernamental fue fundamental para mitigar las consecuencias de la pandemia. Este estudio demuestra que sin estas intervenciones las privaciones de los hogares producto de la crisis económica causada por la pandemia hubieran sido mucho mayores.

Los resultados en México muestran un escenario totalmente opuesto. De acuerdo con el CONEVAL, el “porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria aumentó al pasar de 35.6% en el primer trimestre 2020 a 39.4% en el primer trimestre 2021”. Según el INEGI desaparecieron un millón de negocios que eran fuentes de ingresos y empleo para millones de mexicanos. Y lo más grave de todo esto, de acuerdo con un estudio de la UNAM, “los trabajadores manuales y operativos, las amas de casa, los jubilados y pensionados representan el 94% de los decesos” es decir, personas que no pudieron quedarse en casa por falta de apoyos económicos.

Hoy contamos con elementos para contrastar los resultados de estas dos visiones. Aunque México sí está atravesando una recuperación económica (impulsada por la demanda de exportaciones a EE. UU. y por los ingresos que llegan a México que catalogamos como remesas) los estragos sobre la vida de millones de mexicanos han sido devastadores. Hoy queda claro, sin lugar a duda, que tomamos el camino incorrecto.

El domingo, vote por quien quiera, pero vote.

Por JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAS

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