Como en cualquier ámbito del conocimiento o el quehacer humano, el sector energético no escapa al criterio de que todo es relativo, no hay esquemas absolutos o puros, en la realidad se entremezclan e inciden infinidad de variables que la convierten en un entramado intrincado, complejo y cambiante donde toda regla general tiene sus excepciones.
A través de esta pequeña reflexión introductoria, me quiero referir al anuncio que hizo el pasado jueves Pierre Breber, director financiero de Chevron, que, a diferencia de sus rivales europeos, no tienen planes de reducir su negocio de petróleo y gas para la energía eólica y solar.
Pero este anuncio de Chevron también tiene sus matices, ya que el 61 por ciento de los accionistas que participaron en su junta general anual, que se llevó a cabo el mes pasado, votaron a favor de una resolución no vinculante para que la petrolera redujera las emisiones generadas por el uso de sus productos; contradiciendo de esta manera a su consejo de administración que los había exhortado a rechazarla.
Así que, en Chevron, por un lado, tiene que cohabitar la decisión de su consejo de administración de continuar con el negocio de los hidrocarburos y por el otro la presión de los inversionistas para reducir las emisiones de carbón.
De esta manera, Chevron ha planteado reducir las emisiones del carbono en 35 por ciento para 2028, previendo una inversión de tres mil millones de dólares para tecnologías de baja emisión.
A pesar de estas medidas, Chevrón es la primera gran petrolera que se aparta del camino que se han trazado las petroleras europeas, de reducir en el futuro sus inversiones en la industria petrolera a la par de ir aumentando los recursos en la producción de electricidad renovable.
Shell, ha anunciado que 2019 fue el año en que su producción de petróleo alcanzó el mayor nivel; ENI, considera cubrirla en 2025; y BP, reducirá su producción de hidrocarburos en un 40 por ciento para 2030.
Este debate que tiene lugar en las configuraciones de los planes de negocios de las principales petroleras del orbe; no debería pasar de manera desapercibida en México, donde se lleva a cabo una cruzada para lograr la seguridad energética a través de la recuperación de la explotación de hidrocarburos y la ampliación de la capacidad de refinación.
Ante esta encrucijada energética, no perdamos las luces del faro en el debate, ahora más que nunca debemos evitar las fugas hacia adelante; estamos de acuerdo que las energías renovables son el futuro; pero como lo sostuve en mi participación como presidente de la Comisión de Energía, en Mexico Oil & Gas Digital Summit 2020, citando al físico B. Clark: “El petróleo mueve todo en el planeta. Si dejáramos de producir gas y petróleo hoy, la mitad de la población del planeta desaparecería”.
Manuel Rodríguez González
Diputado Federal
Presidente de la Comisión de Energía de la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión
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dza