VENTANA POLÍTICA

La farsa de la consulta

Acabamos de pasar la elección intermedia y ya estamos inmersos en una nueva campaña, ahora rumbo a la consulta popular del 1º de agosto

OPINIÓN

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Verónica Ortiz / Ventana Política / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial.

Se trata de la primera vez que se utiliza la figura prevista en el artículo 35 de la Constitución, como instrumento de la democracia participativa. Desafortunadamente, es una farsa destinada a vestir de legalidad un capricho presidencial, con los serios problemas que ello representa.

Para empezar, contrario a la retórica oficial, la consulta no servirá para sancionar “la presunta comisión de delitos por parte de los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña” (Luis Echeverría quedó a salvo). Tal era la propuesta del presidente López Obrador, pero su redacción fue descalificada por la Suprema Corte de Justicia.

No porque los expresidentes sean culpables o inocentes, sino porque no existe impedimento alguno para enjuiciarlos y la FGR no requiere del consenso popular para investigar delitos.

Desechada la pregunta original, el pleno de la Corte quedó dividido respecto a la realización de la consulta ciudadana. Para complacer al presidente, el ministro presidente Zaldívar argumentó que el objetivo superior es la participación popular y el resultado vinculante es secundario.

Y para asegurar la irrelevancias del resultado, reformuló la consulta con un texto deliberadamente ambiguo, sin consecuencias legales posibles: “¿Está de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.

¿Qué es un proceso de esclarecimiento?, ¿decisiones políticas?, ¿años pasados?, ¿actores políticos? Ante tal galimatías, no hay buen desenlace previsible. Aún reuniendo la participación necesaria del 40% del listado nominal, el resultado no tendrá efectos jurídicos.

Si no se reúne, la culpa la tendrá el INE y se buscará desacreditarlo luego del triunfo obtenido con la organización de las elecciones del 6 de junio. Y también caerá la culpa sobre el nuevo villano favorito del presidente: la clase media manipulada por oscuros intereses.

Pero al final, lo más lamentable será el abuso del mecanismo de consulta en una farsa que además raya en la obstrucción de la justicia. La aplicación de la ley no puede someterse a votación popular.

Por todo esto, dos ex consejeros presidentes del IFE han hecho pública su oposición a la consulta. Más aún, el propio presidente ya anunció que no votará, confirmando la absoluta inutilidad del ejercicio.

Lamentable que este mecanismo de participación ciudadana se trivialice con una consulta amañada, inservible e ilegal. Peor aún, que sea utilizada para ahondar la polarización y las descalificaciones desde el púlpito presidencial.

POR VERÓNICA ORTIZ
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@VERONICAORTIZO

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