LÍNEA DIRECTA

A ciegas

Es de hecho enfrentarse a lo desconocido y funcionar con el mecanismo de ensayo y error

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Combatir a una pandemia no es cosa fácil. Es de hecho enfrentarse a lo desconocido y funcionar con el mecanismo de ensayo y error. En un principio se dudaba de la eficacia del cubrebocas para contener la dispersión del coronavirus, y después se rectificó y se impuso su uso como norma obligatoria en algunos países. Mientras no se contaba con una vacuna para controlar su expansión, no quedaba de otra más que el confinamiento, la sana distancia, y las medidas de higiene en el lavado y desinfección de las manos.

Pero a medida que las vacunas comenzaron a distribuirse y aplicarse, la velocidad en el control de la pandemia aumentó significativamente. Sin embargo, la insistencia de que únicamente era posible aminorar el estado de sitio aplicado a la población cuando se tuviera el 70% de vacunados, dejó de ser una realidad tanto por razones económicas y sociales, como por el hecho de que la disminución de los contagios nos dio la sensación de que la situación estaba bajo control.

Con un año y medio de dispersión y mantenimiento activo del virus en el planeta, sus distintas variantes como la denominada Delta, o de la India, han venido a complicar el de por sí ya trágico panorama mundial. Países como la Gran Bretaña que habían logrado contener el fenómeno, hoy dan marcha atrás y regresan a formas de encierro para evitar perder lo ganado.

Esto le sucede a sociedades que se han manejado bajo una estrategia profesional de vacunar masivamente a su población sin imponer trabas burocráticas ni abandonar a su suerte a aquellos otros que por no tener la edad establecida pero sí sufrir de enfermedades crónicas, son merecedores de un tratamiento preferente.

Algo peor sucede en México donde, ya sea por razones político-electorales, o por la negligencia de las autoridades sanitarias encabezadas por Hugo López Gatell, el manejo del semáforo de riesgo, la mínima realización de pruebas diagnóstico, y la manipulación estadística del numero de contagios y fallecimientos ocasionados por el coronavirus, ha llevado a tomar absurdas decisiones como reabrir escuelas sin contar con una estrategia de control y seguimiento de contagios.

Abrir a ciegas el sistema educativo en la Ciudad de México ha sido otra de las torpezas producto de la improvisación y la falta de un interés genuino en tratar la pandemia como un problema de salud pública. La pandemia que “cayó como anillo al dedo” a la 4T es hoy, como hace año y medio, un territorio desconocido para el gobierno federal y una amenaza permanente para la vida de millones de mexicanos que no alcanzan a obtener la vacuna y que regresan a una normalidad que puede ser mortal.

De nuevo, estamos a ciegas.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

dza