TRES EN RAYA

AMLO necesita aire

A mí me queda más clara una cosa: las necesidades del país no le interesan. La prioridad son sus rencillas y resentimientos

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México. Créditos: Especial

Y no me refiero al de las jeringas sin vacuna. Hablo de que el presidente López Obrador toma aire para seguir escudándose en el pasado, pues en el presente no ha logrado nada. Y es que un gobierno sin resultados positivos, que solo se mide en millones de desempleados, miles de muertos y una destrucción sistemática de las instituciones, no es para presumir.

Solo así se puede entender que haga todo un nuevo montaje —aunque diga que no se trata de eso— y utilice otra puesta en escena —lo que sucedió hace cuatro sexenios—, en lugar de encarar las terribles crisis por las que atraviesa el país. La económica, la de desabasto de medicinas, la de vacunas que llegan a cuentagotas y que se administran aún más lentamente, y la del sistema democrático. Esta última abiertamente alentada por la secretaria de Gobernación.

No, si por montajes la 4T no se queda corta: rifar un avión sin avión, domar pandemias mientras se incrementan los contagios, presumir caminos que se deshacen al cabo de unos meses, decir que se cuenta con vacunas anti covid para toda la población solo para andarlas mendigando por el mundo, firmar un convenio por la democracia cuando existe el INE, pedir la extradición de Emilio Lozoya solo para dejarlo libre, etcétera.

Su propia vacunación anti covid es un montaje. En un principio dijo que no se vacunaría porque tiene anticuerpos (eso, y es fundamental aclararlo, ¡NO es razón para dejar de inocularse cuanto antes!). Que luego siempre sí. Que después lo hará. Que mejor otro día.

Total que, tal vez dada su “gran fuerza moral y no de contagio” sí se contagió, y ahora “la población le ha regalado inmunidad” y todos podemos seguir perdiendo el tiempo.

La vacunación del presidente AMLO es importante no en sí misma. Es fundamental (igual que lo es que use cubrebocas) porque sería ejemplo para millones de viejitos como él —y también para otros tantos más jóvenes— que están temerosos y dubitativos con respecto a inocularse. 

Pero como el presidente requiere aire, lo anterior pasa a segundo plano. Y mejor reestrena la historia de Florence Cassez.

¿Sabrán los mexicanos que Carlos Loret de Mola ya se disculpó y que dio cuenta a detalle, judicialmente hablando, respecto de su participación —marginal— en todo aquello?

De pasadita, López Obrador le brinda un regalo a la francesa. Uno que quizá sea inmerecido pues, el que haya sido puesta en libertad en razón de que se violentó su debido proceso, no equivale a que haya sido declarada inocente en los casos de secuestro de los que se le inculpaba.

Valdría la pena que la ciudadanía viera un video de AMLO externando su opinión en ese momento sobre Olga Sánchez Cordero en relación al caso judicial paralelo que se le siguió a Israel Vallarta, quien sigue preso por el delito de secuestro.

Eso sí, ayer AMLO tuvo a los médicos, en un evento para condecorarlos (vacunas NO incluidas, por supuesto), contemplando su infame espectáculo.

A mí cada día me queda más clara una cosa: las necesidades del país no le interesan al jefe del ejecutivo. La prioridad son sus rencillas personales y sus resentimientos.

Y todo el aire que requiere Andrés Manuel para continuar generando cortinas de humo tiene una estrategia que ya delineé hace tiempo: generar odio y polarizar, y que todos nosotros hagamos eco de ello.

Tristemente, eso es lo que hacemos. Los que mejor se apegan a su guión no son sus fervientes seguidores, no. Somos sus críticos y con nota sobresaliente.

Nos enredamos en sus montajes y, vez tras vez, omitimos señalar lo que en realidad importa: el primer mandatario debe vacunarse en contra de recurrir al pasado para silenciar los problemas de su gobierno. Llegó el momento de exigirle que tome aire pero solo para enfrentar adecuadamente la terrible realidad que se afana en ocultar.

Por VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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