Morena

Un MORENA dividido

Una parte de las inconformidades en las postulaciones locales tienen un sustento real, que no se debe minimizar y que en aras de los equilibrios sería contraproducente solapar

Un MORENA dividido
Daniel Serrano / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Sin duda un movimiento social con licencia de partido político enfrenta más retos de institucionalidad que los partidos tradicionales, en el caso de nuestro país MORENA no sólo enfrenta ese reto, además la diversidad de pensamiento pone a prueba el diálogo entre bases y dirigencias. Hay que decirlo, en un momento como el que atraviesa la 4T hay a quienes les conviene un MORENA dividido.

¿Y esto por qué es un asunto de todas y todos? Porque quizá a simple vista o desde una mirada reduccionista se intenta instalar, desde la derecha, una narrativa en la que en el proceso electoral la disputa es por la mayoría legislativa en sentido numérico como si de un partido de futbol se tratara.

Lo que está realmente en disputa es el proyecto de un país que ha sido sumido en la pobreza durante casi un siglo, de ese tamaño es el atraso y también de ese tamaño es la afrenta. En el tiempo del despojo de la riqueza de México se ha tejido una complejísima red de complicidades que hoy son quienes encabezan a la oposición de forma directa o detrás de bambalinas.

Es por esta razón que quienes legítimamente tienen discrepancias con las definiciones de morena rumbo a las candidaturas deben cuidar no ser confundidos con actores de la derecha que desde hace tiempo han desarrollado una estrategia de abordaje, de infiltración que, sin perder de vista el objetivo principal, debe ser combatida. Una parte de las inconformidades en las postulaciones locales tienen un sustento real, que no se debe minimizar y que en aras de los equilibrios sería contraproducente solapar.

Las causas legítimas deben encontrar rutas estratégicas y también liderazgos con autoridad moral que las encabecen, con toda franqueza no es lo mismo el justo reclamo de bases fundadoras encabezadas por dirigentes locales que deben ser escuchadas que reuniones atizadas por el ex presidente del propio CEN de MORENA que a nombre (dice el) de la actual secretaria general (lo cual debe aclarar) elabora peticiones de candidaturas como si de una lista de super mercado se tratara.

Un MORENA dividido no le conviene al proyecto de la 4T, no le conviene a la izquierda, no le conviene a AMLO y no le conviene al país. Ahora bien, un MORENA que no mira a sus bases, que no concilie, que no tenga la creatividad necesaria para ser al mismo tiempo eficaz en lo electoral y fiel a sus principios, que no transparente sus procesos; ese MORENA es el peor adversario de sí mismo.

En general en estos procesos se apela a la nobleza de la militancia, a su paciencia, a cuidar el bien mayor que en su momento significó el ascenso de AMLO a la presidencia. Hoy la ecuación debe ser inversa, hoy los liderazgos y las y los dirigentes formales deben actuar con responsabilidad, hoy la nobleza obliga a las dirigencias.

Ni un MORENA dividido, ni un MORENA secuestrado. Ni bases enardecidas, ni dirigencias ensoberbecidas. Por el bien del país y del proyecto, estamos a tiempo.

Por Daniel Serrano

 

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