Es evidente que Morena está encabezando una estrategia de golpeteo al Instituto Nacional Electoral y han llegado al disparate mayúsculo de proponer su “extinción”. Saben que el saldo de su gobierno es negativo para el país y por esa razón perderán las elecciones próximas, lo que redundará en una disminución de su bancada federal y por consiguiente habrá un freno a cualquier tipo de sus propuestas que son impertinentes porque se empeñan en financiar proyectos que están destinados al fracaso debido a que son completamente inviables.
Como garante de la limpieza de los comicios, los integrantes del Consejo General del INE encabezados por Lorenzo Córdova, sin ningún tipo de sesgo, de forma valiente y responsable adecuaron los criterios para la asignación de diputaciones plurinominales, medidas necesarias para evitar que se vuelva a repetir el fraude a la ley que cometieron en el 2018 los morenistas y mismo que derivó en una sobre representación del 15 por ciento.
El desempeño de Morena como gobierno y como bancada están a la vista, ellos y sus aliados han representado un ejercicio autoritario del poder y de manera legaloide y ventajosa construyeron una mayoría artificial que no representa de ninguna manera el sentido de la voluntad popular expresada en las urnas. Es claro que Mario Delgado y su claque iban en la misma ruta del engaño, por eso es de aplaudir la valentía responsable que demostraron los consejeros del INE para que de manera institucional y con estricto apego a derecho frustraron la posibilidad de que el sentido de los sufragios no se cumpliera al momento de asignar diputaciones de representación proporcional.
La intención de desgastar al INE no sorprende, porque el movimiento originario del actual gobierno federal siempre se caracterizó por imputarle al entonces Instituto Federal Electoral que no actuaba con imparcialidad y que se encontraba plegado a intereses perversos de carácter político y económico que se coludían para impedirles la victoria en las casillas.
Esa lógica distorsionada tenía un libreto repetitivo que se vuelve a utilizar ahora, cuando perdían eran víctimas de un complot en el que el árbitro electoral en turno era señalado de corrupto y cuando por fin obtuvieron la victoria era porque la “gran movilización ciudadana en los comicios impidió las trampas que consentía el INE”.
Pero el hecho de que el golpeteo de Morena no sea novedoso, no implica que los ciudadanos nos abstengamos de la polémica, debemos actuar con firmeza y expresar el apoyo total al trabajo realizado por el Instituto Nacional Electoral, cuyo presidente Lorenzo Córdova y sus compañeros consejeros -incluidos los recientemente electos con el voto a favor de Morena- han tenido la entereza de tomar decisiones con la ley en la mano y sin titubeos, a pesar de la actitud perniciosa de los morenistas.
El tamaño de la soberbia de los morenistas se sintetiza en la figura impresentable de José Félix Salgado Macedonio, que creyó que podía omitir la entrega de su informe de gastos de precampaña a pesar de que por ley tenía la obligación de remitirlo de manera oportuna. La ley es clara en sus sanciones y a pesar de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha pedido una reconsideración al INE, debe prevalecer el criterio legal y confirmarse que está impedido para ser postulado en Guerrero. Que no se confunda Salgado Macedonio, en lugar de reclamarle a Lorenzo Córdova, el que tiene la culpa material de que le quitaran su candidatura es su responsable financiero.
Consummatum: Insisto, ya se cumplió con la justicia legal electoral, falta la justicia penal. La justicia cívica vendrá en las urnas porque perderán.
POR LORENA PIÑÓN RIVERA
SECRETARIA NACIONAL DE GESTIÓN SOCIAL DEL PRI
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