COLUMNA INVITADA

Los escapularios de AMLO

López Obrador inició la reunión con la Virgen, Benito Juárez y citó a Porfirio Díaz; la risa de Biden lo dijo todo

OPINIÓN

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Lila Abed/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Este lunes se reunió de manera virtual el presidente Joe Biden con Andrés Manuel López Obrador para abordar temas de la agenda bilateral. Entre ellos, se discutieron la pandemia por COVID-19, la recuperación económica y el cambio climático. Sin embargo, el eje central fue la cooperación en materia migratoria.

Funcionarios de alto nivel del gobierno estadounidense me informaron que la Casa Blanca utilizaría este encuentro para establecer un tono de amistad y buena fe con México. Biden ha frenado la construcción del muro fronterizo, eliminado la política de separación de familias y ha presentado una reforma migratoria integral al Congreso, la cual ofrece un camino hacia la ciudadanía estadounidense a más de 11 millones de indocumentados y un plan de inversión de cuatro mil millones de dólares para Centroamérica, al igual que el desmantelamiento del programa Permanece en México, impuesto por el expresidente Donald Trump.

Por su parte, el presidente mexicano inició la reunión con la Virgen de Guadalupe, Benito Juárez y citó a Porfirio Díaz. La risa de Biden lo dijo todo. Pese a esto, el encuentro se calificó como un éxito diplomático, la declaración en conjunto resaltó la disposición de ambas partes de colaborar en una variedad de temas importantes para el futuro de la relación bilateral. Sin embargo, López Obrador se quedó con las manos vacías, nada de vacunas para México y nada de Operación Braceros de la Segunda Guerra Mundial.

Lo que me parece interesante es: ¿Por qué no se lo pidió a Trump teniendo tan buena relación? A pesar de que el expresidente insultó a los mexicanos, construyó el muro y dijo que nuestro país lo pagaría, amenazó con imponer aranceles a las importaciones para presionar al gobierno nacional a que aceptara el Permanece en México, y mandara a la Guardia Nacional a la frontera para proteger los intereses migratorios de Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre obedeció las exigencias unilaterales sin presentar una contrapropuesta.

Desde que Biden tomó las riendas del poder, el gobierno mexicano parece estar a la defensiva, impulsando reformas que ponen en riesgo la futura cooperación de seguridad con Estados Unidos y han causado incertidumbre en la relación comercial con la región de América del Norte. Vemos un cambio drástico en el comportamiento de López Obrador desde que perdió la elección Trump. Pareciera que ganó el enemigo y se quiere proteger de un desconocido impredecible.

Ya no encuentra esa amistad cercana y perversa con su entonces homólogo estadounidense que, a pesar de ser de ideologías opuestas, convergían en su manera de gobernar y hacer política. Ahora, enfrenta a un presidente que respeta las instituciones, que trae una agenda enfocada en los derechos humanos y laborales, en abatir el cambio climático y en el fortalecer a las democracias en el mundo. Un hombre de Estado, formado a la antigua, con una agenda que le causa desconfianza y hasta cierto punto, miedo, ya que puede atentar contra el proyecto de la Cuarta Transformación en México.

POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED

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