HORIZONTE GLOBAL

Biden-AMLO: transición energética justa

Las inversiones anunciadas por Joe Biden en infraestructura eléctrica en carreteras y el desarrollo de baterías pueden ser disruptivas para México

OPINIÓN

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Isabel Studer / Horizonte Global / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La migración, la lucha contra el tráfico de narcóticos y armas, así como la vacuna contra el COVID-19 prevalecerán en el encuentro virtual entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador. Si bien el cambio climático no será central, como lo fue en su reunión con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, no podrá ser un tema ignorado. 

Además de recordar a AMLO los compromisos en el Acuerdo de París, seguro Biden expresará la inquietud que prevalece en círculos privados y gubernamentales de EU por la incertidumbre que enfrentan los inversionistas estadunidenses en el sector eléctrico, en particular por la Ley de la Industria Eléctrica en México. Esta iniciativa es contraria a los compromisos del T-MEC. De ser aprobada, tendría un impacto, vía el precio de la electricidad en las cadenas de valor de las industrias más integradas en América del Norte, con el riesgo de afectar inversiones y empleos que son indispensables para la recuperación económica en México, en EU (y en Canadá). 

La política climática Biden impactará a nuestro país por su vínculo inexorable a la táctica interna del vecino del Norte. El mejor ejemplo es el sector automotor que representa una cuarta parte del PIB manufacturero de México y depende de las cadenas de suministro que se tejen en todo América del Norte. Las inversiones anunciadas por Biden en infraestructura eléctrica en carreteras y el desarrollo de baterías para acelerar la adopción de autos eléctricos pueden ser muy disruptivas para México, pues estos vehículos requieren menos autopartes que uno de combustión interna. Hoy Canadá y EU analizan ajustes fronterizos para productos con alto contenido de carbón. 

Esperemos que este encuentro le permita a López Obrador entender que su política energética desentona con la de Biden. Proponer una transición justa para América del Norte se alinearía mejor. Exigiría inversiones en energías limpias y atendería la demanda eléctrica creciente por la electromovilidad, y generaría empleos. Ya que la producción petrolera será cada vez menos relevante. Con una transición energética justa, se mejoraría la prosperidad de México y América del Norte, al tiempo que se reducirían las emisiones de carbono, y evidenciaría la existencia de un gobierno progresista. 

POR ISABEL STUDER

*Directora, Alianza Universidad de California-México

 

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