López-Gatell se la pasa corrigiendo a López-Gatell
Para ser una eminencia, como lo pinta el presidente López Obrador, a Hugo López-Gatell le fallan bastante los números. Batalla para las matemáticas. O simplemente no sabe contar.
No le han dado las cuentas para calcular picos o aplanamiento de curvas, ni para reportar contagios. Tampoco ha podido cuadrar el número de muertes. Con ligereza, he equivocado restándole importancia a las variantes que van apareciendo del virus. Y ahora también falla en los pronósticos de vacunación. Ni llegan las vacunas prometidas, ni se aplican las que se proyectaron. Así es muy difícil plantear un escenario realista. Y es imposible creerle.
El subsecretario de Salud aplanó la curva por decreto desde el 20 de abril, habló del “pico de la pandemia” en mayo, para luego afirmar –el 11 de junio- que llegaría la semana del 15 de junio, y le puso fecha de término a la pandemia en el Valle de México: 25 de junio.
¿Qué clase de rigor técnico y científico resiste tantos errores como los que él protagoniza? ¿Quién puede errar con tanta convicción como él?
López-Gatell aseguró el 24 de marzo que, ante los primeros síntomas, no había que ir a hospitales para “no saturarlos”; hace un par de semanas la secretaria de Salud de CDMX Oliva López, informó que 70% de personas que van a recibir atención médica, llegan 12 días tarde en promedio. Criminal.
El 11 de febrero, sin evidencia alguna, afirmó que el COVID sería “menos mortal que la influenza” y “no será necesario tener hospitales especiales para su tratamiento”. Once meses después el COVID quintuplicó los decesos por neumonía e influenza juntos (31 mil 81 muertes en todo 2019 vs. más de 160 mil en casi once meses). Ah, y se han tenido que reconvertir más de mil centros hospitalarios.
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El subsecretario que no sabe contar, mucho menos calcular, aseguró que la pandemia dejaría en México 6 mil muertes. Luego matizó: hasta 30 mil. Después, en junio, dibujó un escenario catastrófico de hasta 60 mil. Hoy México supera los 160 mil decesos en la cifra oficial, que no es la real. También ahí ha fallado. Reportó 75 mil muertes por COVID entre enero y agosto del año pasado; el INEGI le corrigió la plana hace un par de semanas: fueron 108 mil. El cruce del exceso de mortalidad va más allá. La cifra oficial de muertes de la secretaría de Salud, debe multiplicarse por 2.51. México ya cruzó las 400 mil defunciones.
Desde diciembre, el mundo está enterado de nuevas variantes del SARS-Cov-2, pero el subsecretario navega con información sin sustento. Frente al riesgo que implican las mutaciones, López-Gatell se aventura. El 12 de enero dijo que la variante localizada en el Reino Unido, presente en más de 60 países, “no tiene una mayor capacidad de infectar”, cuando la ciencia ha evidenciado que la B117 es entre 50% y 70% más contagiosa, y que puede incrementar la mortalidad entre 30% y 40%.
El año pasado, en agosto, dijo que no se adquirirían vacunas que no tuvieran información pública en sus estudios de fase III porque “sería una irresponsabilidad”, pero hace dos semanas aseguró que la vacuna rusa Sputnik estaba en proceso de autorizarse, pese a que ninguna autoridad rusa había solicitado, hasta entonces, su aprobación a la Cofepris –que depende del subsecretario- ni mostrado información sobre la fase III de ensayos.
En septiembre afirmó que la prestigiada revista científica The Lancet difundía “francas mentiras”, tras difundirse un análisis sobre la estrategia mexicana contra la pandemia. El martes de la semana pasada, con sonrisa y todo, dijo que la publicación era “prestigiada”.
López-Gatell se la pasa corrigiendo la plana a López-Gatell.
Hace unos días aseguró que “no sirve restringir la entrada de viajeros porque normalmente no viaja la gente enferma”. ¿Cómo llegó el virus si no fue a través de viajeros? Él mismo afirmó el año pasado, en un comentario clasista, que “los ricos” y “privilegiados” habían importado el COVID al país.
El subsecretario no da una. No sabe contar. No sabe informar. No conoce el rigor técnico, metodológico ni científico. Su irresponsabilidad ha costado decenas de miles de vidas.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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