COLUMNA INVITADA

Militarización y Covid: Datos incongrutentes

Persiste en diversos medios el falso debate sobre la militarización de México y esto tiene que ver más con la percepción que con la realidad

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Colaborador. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Me encantan los datos duros, pues –por lo general– los números no mienten. Analizar incoherencias con una base numérica nos permite ver con transparencia, a través del lente del engaño o por lo menos, de la simulación. Hay dos incoherencias en México que valen la pena analizar desde una base numérica: la militarización y el COVID.  

Persiste en diversos medios, el falso debate sobre la militarización de México y esto tiene que ver más con la percepción que con la realidad. La idea de militarización viene de una más amplia visibilidad de los militares en la vida social y económica del país, debido al empleo de las Fuerzas Armadas en tareas que les son atípicas, pero que requieren de respuesta del Estado. La tentación de emplear a las Fuerzas Armadas para múltiples necesidades -no militares- del Estado es demasiado fuerte para un gobierno que se enfrenta a una crítica social y mediática sobre el manejo de su gestión. El resultado es la presencia del "Ejército y Marina para TO-DO", desde la construcción del Tren Maya y el Banco del Bienestar, hasta el aeropuerto Felipe Ángeles y por supuesto, la lucha contra el COVID.  Un proceso de militarización comprendería una expansión significativa del control de las Fuerzas Armadas sobre las instituciones políticas, económicas y educativas de la nación. 

Un proceso que sería muy fácil de cuantificar, pues veríamos militares encargados de múltiples secretarias de Estado, así como de compañías paraestatales. Incluiría un incremento sustancial en el presupuesto militar, que este año continuó en niveles de 0.57% del Producto Interno Bruto (PIB). Sólo hay 17 naciones en el mundo que invierten menos de 1% de su PIB en las Fuerzas Armadas, México es el quinto país que menos invierte en proporción de su PIB.      

La pandemia global ha puesto al descubierto –alrededor del mundo– lo poco preparada que está la humanidad para una potencial catástrofe… Y eso que lidiamos contra un virus cuya tasa de mortalidad es de 2%. ¿Qué consecuencias habría si se tratara de un virus como la versión del ébola que azoto a África entre 2014 y 2016 y que tenía una tasa de mortalidad de 50%? Hace un año, tras regresar de un viaje de trabajo por Japón y Corea del Sur en plena pandemia, me aventuré a pronosticar un análisis sobre lo que le podría esperar a Estados Unidos y México: Así pues, si estos dos países (Corea del Sur y Japón) que carecen de cruces fronterizos terrestres y que cuentan con sociedades disciplinadas han sido incapaces de controlar el esparcimiento del virus… ¿Qué le espera a EU y México? Hasta el 1 de marzo (de 2020) se habían reportado 87 casos en en el primero  y cinco en el segundo. 

Casi un año después, en Corea, hay 78 mil y en Japón 390 mil casos positivos. En EU, hay 26 millones (primer lugar en el mundo) y en México, 1.85 millones de casos (13vo lugar). ¿Qué tan certera es la cifra mexicana de casos positivos? Con 158 mil muertes por COVID, México ocupa el tercer lugar mundial en muertes –datos duros–, sólo detrás de EU (441K) y Brasil (224K). Si esas cifras son certeras, el COVID en México tendría una tasa de mortalidad casi de 9% –lo que parece estadísticamente poco probable–. Entonces, habría por lo menos 8 millones de casos positivos en México… Hasta ahora.  

POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
*DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA JANE'S EN WASHINGTON, D.C.