La pandemia de COVID-19 expuso carencias, estructuras competitivas, vulnerabilidades y prioridades políticas en la mayoría de los países, que se reflejaron en la respuesta de los gobiernos.
Ese es el sentido de un reciente reporte del prestigioso Instituto Lowy, un centro de análisis australiano, que al evaluar las respuestas a la pandemia de casi un centenar de países, encontró que "la mayoría se han superado entre sí sólo por grados de desempeño deficiente".
La conclusión no es sorprendente, si se consideran los datos de un padecimiento por contagio que literalmente paralizó al mundo y llevó a comparaciones, felizmente exageradas, pero no del todo fuera de lugar, con la "influenza española" de hace un siglo o la "peste negra" del siglo XIV.
El reporte se basó sobre datos de 36 semanas, a partir del segundo semestre de 2020 y hasta mediados de enero de 2021.
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El trabajo consideró seis variables: casos confirmados, muertes confirmadas, casos confirmados por millón de personas, muertes confirmadas por millón de personas, casos confirmados como proporción de pruebas, y pruebas por millar de personas.
En conjunto, precisó el informe, "estos indicadores apuntan a qué tan bien o qué tan pobremente los países manejaron la pandemia en las 36 semanas que siguieron a sus primeros cien casos confirmados de COVID".
En general, las naciones pequeñas parecieron responder con mayor agilidad, aunque Vietnam, con sus casi 100 millones de habitantes, no puede ser clasificado como menor.
La clasificación pone a Nueva Zelanda al tope, con un índice de 94.4 por ciento, seguida por Vietnam (90.8 pc), Taiwán (86.4 pc ) y Tailandia (80.2 pc).
México, con 6.5 por ciento, y Brasil, con 4.3 pc, están en los lugares 97 y 98, en el fondo de la lista, que no incluye a China. Los peor clasificados después de ellos son Colombia, con 7.7 pc de promedio, Irán, con 15.9 y Estados Unidos, con 17.3 pc.
El reporte del Instituto Lowy no se pronunció sobre casos particulares ni atacó, o recomendó políticas específicas. Sólo evaluó el comportamiento y respuesta de los gobiernos ante la emergencia y encontró que mayormente no estuvieron a la altura del desafío.
"Durante casi un año, los gobiernos y las sociedades se han volcado hacia adentro para luchar contra un enemigo invisible, exponiendo estructuras competitivas, vulnerabilidades, y prioridades políticas", consignó.
Para el Lowy Institute, "puede haber algo de verdad en el argumento presentado por el politólogo estadounidense Francis Fukuyama de que la línea divisoria en la respuesta efectiva a la crisis no ha sido el tipo de régimen, “sino si los ciudadanos confían en sus líderes y si esos líderes presiden un estado competente y efectivo”.
Pero eficiencia y competencia parecen lejos de nuestras playas.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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