En un año tan aciago y donde la liga tiene medidas tan mediocres, resulta complejo realizar una columna en donde podamos rememorar momentos que nos hagan vaticinar un mejor futuro; sin embargo, comenzando por tener salud en la realidad que vivimos, en el deporte no queda más que atarnos a los momentos positivos de este año, que fueron varios.
Brindo por las maldiciones rotas. Cada aficionado al futbol tiene derecho a vivir alegrías y no tantas desazones con sus equipos. En la primera mitad de 2021, Fue el Cruz azul quien con un sistema defensivo férreo logró adjudicarse el título, tras casi 24 primaveras de no conseguirlo. El proceso fue bastante doloroso en el camino, incluyendo varias finales perdidas que le hicieron ganarse el mote del subcampeonísimo de México y una cantidad de burlas incesantes que incluían la palabra cruzazulear que se convertía en algo del cotidiano vivir del argot.
Vino Ricardo Peláez, del que ya pocos se acuerdan, a cimentar la base poderosa que para el casi naciente 2022 ha desaparecido. Seguramente a La Máquina por sus nuevos refuerzos y sus grandes bajas le costará volver a instancias definitivas; sin embargo, salud por aquellos aficionados que volvieron a ver monarca a su escuadra.
El Atlas fue otro caso de éxito tras 70 años, su afición está a la par de las mejores del país, y también fueron marco de incesantes tristezas. En primer lugar, tanta gente que se adelantó en el camino sin atestiguar nuevamente la gloria. Gran cantidad de rojinegros nacieron y murieron sin ser testigos de la epicidad de la última final.
Un grupo de jóvenes, a lo Atlas, complementado por extranjeros que tuvieron un gran certamen, y como La Máquina, otro equipo que basó su logro en un perruno esquema defensivo, que lo tuvieron a un solo gol de igualar el récord de menos anotaciones recibidas en torneos cortos. A brindar por todos ellos y por su institución, que tiene como prioridad debutar por lo menos a 33 por ciento de su cantera, aspecto que ayuda al futbol mexicano y a devolverle una identidad que, desde Andrés Guardado, Pavel Pardo u Oswaldo Sánchez habían perdido. Que resurja la mejor cantera del país.
Brindemos por la Selección Mexicana, para que en el siguiente ciclo mundialista pueda presumir una buena participación, pero, sobre todo, para que los jóvenes tengan oportunidad de brincar al Viejo Continente. Esa es la manera en la que se podrá competir a nivel internacional. De otra manera con tanto extranjero en la liga, el sistema deleznable que fomenta la mediocridad, o la ausencia en copas de Sudamérica, nuestro representativo estará sumido en un eterno naufragio.
Venga entonces mi felicitación para usted, estimado lector. Que nos siga dando su preferencia y que le acompañe siempre la salud y conciencia colectiva de cuidarnos.
Twitter: jose_iga