DESDE AFUERA

Biden y su año horrible

"Los primeros meses de Biden en el cargo, cuando la aprobación de su trabajo llegaba regularmente a mediados de los 50, se sienten como hace mil años", escribió recientemente Chris Cilizza, columnista político de The Washington Post

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Casi parece inútil afirmar que el presidente Joe Biden y los demócratas parecen en una espiral descendente desde los optimistas meses de febrero-abril cuando todo, menos los republicanos, parecía sonreírles.

Hoy, todo parece salirles mal y los anuncios son de que deben alistarse para un mal 2022.

"Los primeros meses de Biden en el cargo, cuando la aprobación de su trabajo llegaba regularmente a mediados de los 50, se sienten como hace mil años", escribió recientemente Chris Cilizza, columnista político de The Washington Post.

Eran meses en los que las desastrosas consecuencias del gobierno de Donald Trump se hacían evidentes y Biden anunciaba la presentación de optimistas planes para invertir en infraestructura, cambio climático y nuevas fuentes de energía, nuevos programas sociales de apoyo a los pobres y un nuevo intento de reforma migratoria.

Igualmente, proponía una reasunción del liderazgo mundial estadounidense para restablecer su antigua preponderancia frente a nuevos competidores geopolíticos y comerciales,en vez del costoso reatrincheramiento del gobierno Trump.

Todo parecía posible, incluso el final de la pandemia de COVID-19.

Pero el coronavirus de la pandemia evolucionó y se transformó en la variante Delta y luego en Ómicron.

El optimismo estadounidense en cuanto a salud pareció marchitarse y la credibilidad de Biden sufrió golpe tras golpe.

Si por un lado los republicanos nunca dejaron de promover la idea de un fraude electoral que un año después siguen sin poder sustanciar a pesar de sus intentos, por otro convirtieron los mandatos sobre el uso de mascarillas sanitarias y las vacunas contra el COVID en una causa polìtuca  de libertades civiles, tan absurdo como parezca, en la lucha contra la intromisión gubernamental.
Paralelamente, desde las primeras semanas de su gobierno tuvo problemas para enfrentar la crisis migratoria que heredó de Trump en la frontera con México.

El hombre que prometió cambiar la política migratoria estadounidense acabó por reiterar al menos temporalmente partes de las medidas de dureza determinadas por su predecesor.

Luego vino la salida de los últimos soldados estadounidenses de Afganistán, que convenida del último año del gobierno Trump se convirtió en un hecho caótico que el 30 de agosto de 2021 hizo literalmente recordar otra salida desordenada, la de Saigón en 1975.

Y en todo momento, las consecuencias económicas de la pandemia y los problemas que creó en todos los órdenes, de la producción de alimentos a la de medicamentos, de problemas en las cadenas de suministro y de distribución, transformados a su vez en escasez temporal e inflación.

Eso se refleja ahora en la continua baja de la popularidad del gobierno Biden, ubicada en alrededor de 43 por ciento en las encuestas de diciembre, y antes, en algunos momentos, en niveles comparables al permanente disgusto con Trump.

Ahora hay preguntas sobre sus posibilidades de recuperación. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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