SALTO CUÁNTICO

El Juego del Calamar

La pandemia ha dado la oportunidad a los padres y las madres de hacerse cargo por completo de la educación de sus hijos

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Jugareeemos, muévete luz verde…”, se escucha en el patio trasero de una casa del sur de la Ciudad de México. Son los niños que juegan y entonan la canción del Juego del Calamar, la famosa serie surcoreana de Netflix que es un fenómeno a nivel mundial y que ni sus mismos productores creyeron que tendría tanto éxito.

Desde su estreno es cada vez más común escuchar a niños o personas que expresan la melodía principal de esta producción, la cual se centra en un concurso en el que 456 jugadores, todos de diferentes ámbitos de la vida, pero profundamente endeudados, realizan una serie de juegos infantiles con consecuencias fatales si pierden, para tener la oportunidad de ganar 45 mil 600 millones de wones.

Analizando la situación, surgen distintas preguntas: ¿Cómo es que ahora un juego infantil tradicional de Sur Corea está dentro de los juegos de los niños mexicanos?, ¿a qué juegan ahora los más pequeños luego de que el confinamiento por covid-19 les evitara poder convivir y jugar a las escondidas, al bote pateado, a las coleadas, avión, futbol, etc.?, ¿qué nos quiere decir Netflix?

Es un hecho que ahora somos más globales y es bueno que los niños estén en un punto en el que la verdad ya no se les disfraza. Entender las consecuencias financieras del mal manejo del dinero a temprana edad es una maravilla, obvio con la ficción que el Juego del Calamar pone ante nuestros ojos.

¿En qué punto están nuestros niños?, ¿estamos preparados para enfrentar este tipo de situaciones y responder a las dudas que una serie, un suceso y más genera en las pequeñas mentes de quienes serán los ciudadanos que dirigirán esta sociedad?

La educación ha cambiado, no sólo la de la escuela, sino también la de casa. La pandemia ha dado la oportunidad a los padres y madres de hacerse cargo por completo de la educación de sus hijos, me refiero a que la escuela pasó a un segundo plano sin querer y los padres tuvieron que entrar en el proceso de la falta presencial del profesor.

El doctor en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), con posdoctorado en Educación por la Universidad de Sao Paulo, Brasil, Antonio Carrillo Avelar, explica que la pandemia puso en jaque a la educación, pues el aprendizaje y la instrucción no se adquieren en las escuelas solamente: “Ahora repensamos cómo estamos educando, los papás piensan: tengo que hacerlo por mis hijos; las escuelas dicen: me tengo que vincular más con los padres de familia”.

Volviendo a la influencia que generan las series de televisión con los niños, niñas y adolescentes es importante ubicarnos en qué tipo de contenidos se están generando y quiénes tienen acceso a él, qué es lo que realmente se quiere decir y para qué; recordemos que en estos tiempos es muy difícil controlar lo que los más pequeños ven.

Estamos en un gran momento, ésta es la primera vez que las infancias están siendo escuchadas y tomadas en cuenta, quien aún no lo haya visto se está perdiendo la oportunidad de crecer de la mano de quienes serán los próximos líderes del mundo.

POR KARINA ÁLVAREZ
K.ALVAREZ.ROSAS@GMAIL.COM
@KAFARK84

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