COLUMNA INVITADA

Incomprensible ataque a la UNAM

Se le pueden hacer muchas críticas y desde luego que se puede mejorar, pero no se ha aburguesado

OPINIÓN

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Eduardo Macías Garrido / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Resulta incomprensible la andanada de críticas hacia la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nuestra máxima casa de estudios que tantas alegrías le ha dado al país.

Como toda institución debe estar en continuo mejoramiento, y claro que habrá cosas que perfeccionar, pero de eso a emprender una campaña de denostación desde Palacio Nacional, pareciera fuera de lugar.

Cuestionar sobre irregularidades en el manejo del presupuesto sin pruebas y, por ejemplo, sobre el salario del rector, parece un ataque a la autonomía universitaria, además de que tachar a sus académicos de ideólogos del neoliberalismo es un despropósito que no conduce a nada.

Resulta absurdo abrir un debate en torno a la UNAM, al mismísimo estilo de Donald Trump, descalificando al que está enfrente, con esa actitud lo único que se hace es vulnerar y cancelar un diálogo real, donde se analicen de fondo las virtudes y defectos de la universidad.

Si lo que se quiere es un diálogo honesto y fructífero, lo que se debe hacer es proponer mejoras, no descalificar. Para qué poner un tema en la discusión nacional que solamente rompe con la visión de los universitarios y para qué asumirlos como adversarios.

Parece otro ataque velado a las clases medias, ya tan criticadas por el Presidente. Gran parte de este extracto social ha tenido como su alma mater a la máxima casa de estudios en México y una de las más importantes del mundo.

A la universidad se le pueden hacer muchas críticas y desde luego que se puede mejorar, pero no se ha aburguesado. Antes Andrés Manuel López Obrador se lanzó contra exalumnos y académicos de universidades extranjeras, después contra estudiantes de doctorado, que aseguró tienen conocimientos profesionales y técnicos pero que no eran necesarios para construir carreteras, ahora se lanza contra la UNAM.

Se sentirá verdaderamente nuestro Presidente amenazado por profesionistas, académicos, estudiantes e intelectuales provenientes de la universidad.

Solamente López Obrador sabe lo que hay de fondo en su actuar, porque ingenuo no es, pero eso sí, de la noche a la mañana, descalificó a casi todo su gabinete y asesores, ya que son graduados de alguna universidad extranjera o de la UNAM. Hasta una de sus corcholatas, el exrector de la máxima casa de estudios, le tocó el raspón presidencial.

Señor Presidente, no soy egresado de la UNAM, pero le aseguro que esta no ha perdido su esencia. Lo que he observado con amigos y conocidos egresados de la universidad, es que llevan el puma tatuado en su piel, es más, es una forma de vida, te enseña a convivir con diferentes clases sociales.

Sigue con la misma mística en cuanto a su enseñanza, humanismo y, desde luego, sensibilidad social. Y claro que sigue formando cuadros de profesionales para servir al pueblo, de hecho, como ejemplo ahí tenemos a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Así que no hay que hacer generalizaciones, estas nunca son buenas. El hacerlo, en el caso de la máxima casa de estudios, resulta absurdo y, en particular, mezquino. La universidad siempre ha respetado las ideologías de sus egresados, y desde siempre se ha cultivado el sentido crítico de sus estudiantes.

Señor Presidente, decía don Benito Pablo Juárez García, el Benemérito de las Américas, que el respeto al derecho ajeno es la paz.

POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
COLABORADOR
EDUARDOMACG@ICLOUD.COM
@EDUARDO84888581

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