RUMBO POLÍTICO

Andrés Manuel, estadista mundial

López Obrador señaló en Washington la necesidad de una mayor integración económica en la región para enfrentar la competencia directa de China

OPINIÓN

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Arturo Ávila / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El pasado jueves se realizó la novena cumbre de los líderes de América del Norte, en la que Andrés Manuel López Obrador participó junto con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente estadounidense, Joe Biden.

La cumbre se llevó a cabo después de cinco años, luego de que Donald Trump cancelara estas reuniones y sólo ocurrieran encuentros bilaterales. Este fue el segundo viaje que realizó el mandatario mexicano en este mes, tras participar la semana anterior en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. Esta nueva estancia en el país vecino inició con un gran recibimiento afuera de la embajada de México en Washington, que ya se había hecho con anterioridad en Nueva York. Las muestras de respaldo que recibe el Presidente en el extranjero son una constante, a diferencia de otros exmandatarios, a quienes incluso les reclaman en la calle.

Como siempre, entre los críticos del Ejecutivo se generó mucha expectativa, esperando que hubiera algún tipo de desencuentro o ruptura entre los mandatarios, pero nada más alejado de la realidad. Contrario al deseo de los opositores, al Presidente le fue muy bien. Las relaciones entre los tres países viven un buen momento y se debe a que los intereses en común son más importantes que sus diferencias.

Uno de esos intereses fue abordado por el presidente López Obrador, al señalar la necesidad de una mayor integración económica en la región para enfrentar la competencia del exterior, principalmente de China. De acuerdo con el mandatario mexicano, el gigante asiático pasó de tener una participación en el mercado mundial de 1.7 por ciento a 14.4 por ciento actualmente, y en caso de seguir esta tendencia por 30 años más, “China tendría el dominio de 42 por ciento del mercado mundial, y Estados Unidos, México y Canadá nos quedaríamos con 12 por ciento”.

Para incrementar nuestra competitividad y así lograr hacerle frente al rival asiático, el presidente comentó que es necesario abrir el flujo migratorio de una manera ordenada. Con esto, las personas que buscan salir de su país mejorarían su desarrollo, mientras que Estados Unidos y Canadá se beneficiarían de mano de obra, por lo que hizo un llamado a dejar de rechazar migrantes, haciendo a un lado mitos y prejuicios.

Biden, por su parte, señaló que existe una nueva relación basada en el respeto mutuo y la igualdad; “cuando asumí la presidencia indiqué que ya no había una política de buenos vecinos, somos países iguales”. Los dichos de Biden marcan una nueva postura de los Estados Unidos hacia México, en la que quedaron atrás los tiempos en los que sus acciones éramos considerados como su patio trasero.

La reunión tiene un balance positivo, y tal como lo dijo la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, el Ejecutivo mostró “una altura de miras y se comportó como lo que es, un gran estadista”.

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Un punto relevante también tratado en la plática entre mandatarios fue la iniciativa de reforma migratoria de Joe Biden en el Congreso estadounidense, lo que permitirá regularizar la situación de 11 millones de personas. Como ha mencionado López Obrador, los migrantes aportan al desarrollo y engrandecimiento de Estados Unidos, por ello merecen ser tratados con justicia.

POR ARTURO ÁVILA ANAYA
ARTUROAVILAANAYA@GMAIL.COM
@ARTUROAVILA_MX

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