TRES EN RAYA

Fórmula mágica para la oposición. El asunto Quirino da una pista

El Revolucionario Institucional está lejos de demostrar que el expartidazo no permite que Morena y AMLO dividan la alianza Va por México

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Como diría el clásico: seamos serios. La oposición en México le hace el trabajo sucio a López Obrador. Como no se ponen de acuerdo, son el hazmerreír de la política nacional.

Valga de ejemplo el triste show dado por el Consejo Político Nacional del PRI, el cual se reunió para rechazar la solicitud de permiso de Quirino Ordaz Coppel, exgobernador de Sinaloa. Esto para colaborar en el gobierno federal actual como embajador de México en España; cargo al cual fue invitado por el Ejecutivo.

Más allá de que la aprobación de dicho nombramiento en todo caso recaería en el Senado de la República, eso de que ‘el Revolucionario Institucional quiere sentar un precedente y meterles calambres a sus miembros para disuadir futuras adhesiones al plan lopezobradorista’ es una menuda patraña. Como si negarles permisos o amenazarlos con expulsarlos del partido haga diferencia en el ánimo de los gobernantes priistas salientes.

En este caso en particular, además de lograr la risa de Quirino, el PRI está lejos de demostrar que el expartidazo no permite que Morena y AMLO dividan la alianza Va por México. Por supuesto que no; el único “autorizado” para hacer caos en la oposición es el propio PRI...

Pero lo que lo vuelve aún más ridículo, por decir lo menos, es la particular forma del Revolucionario Institucional de comportarse como toda una veleta. Para el ex gobernador de Sinaloa es intransigente su posición, pero permite la duda y la polémica al llamar a las mesas para discutir la desastrosa contrarreforma eléctrica del presidente. ¡Más congruencia, por favor!

Todos los partidos de oposición —PAN y MC incluidos— no se han enterado que si realmente quieren dar la batalla por el 2024 tienen que tomar decisiones que demuestren tanto su unidad como una absoluta convicción en sus posicionamientos. Los ciudadanos no queremos institutos políticos contrarios a AMLO que a ratos coquetean a diestra y luego pasan a siniestra; hacer eso los convierte en poco creíbles.

Del Verde se esperaría que votará en contra de la contrarreforma eléctrica, dado que se sabe será más contaminante que la situación que hoy impera. Pero es el día en que no sabemos qué tan ecologista es realmente ese instituto...

Lo mismo va para el PAN. Desconocemos si revivirá sus posicionamientos más cerrados o se acercará al liberalismo de derecha. Que se decida. No sabemos si estamos frente al Acción Nacional que espera lanzar a Ricardo Anaya, mismo si eso significa causar todavía más divisiones a su interior, o al de Felipe Calderón por vía de Margarita Zavala, diputada recién cobijada. Y así nos vamos con mil y una historias más en el panismo.

Movimiento Ciudadano se cuece aparte, pero no es distinta su falta de lógica de la cual hablo en este escrito. No sabemos si le hace el juego a Morena o si -como Dante Delgado asevera- es el partido de la tercera vía; el que nunca se aliaría ni transaría con nadie.

Eso sin mencionar al PRD. Sería bueno saber si es de izquierdas o cuáles son los puntos donde funda su alianza con un partido de derechas.

Evidentemente estas dudas e incongruencias también suceden en Morena, pero quien debe evitar estos devaneos y deslices es la oposición. Mantenerse en este juego solo aleja al posible elector, el cual sabe exactamente qué esperar del lopezobradorismo, pero quisiera poder estar seguro de qué significan las alternativas.

La fórmula para crecer como oposición, para recuperar algo de lógica en el sistema de partidos que tenemos, la cual en este momento no tiene ningún sentido, es ser muy claros en lo que se quiere, en cómo se plantea, y la forma en que se va a perseguir, así sea a través de una una alianza.

Si la oposición defendiera sus posiciones ideológicas —por más extremas o pragmáticas que estas sean— con la misma convicción que AMLO defiende las suyas, seguramente el voto opositor sería mayor. Mientras tanto, el coqueteo y la amenaza solo le funciona a Morena.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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